Cuando Gabriela Chóez decidió tener un perro en casa, su hijo mayor apenas tenía dos años. Hoy, una década después, sus dos hijos (uno de 12 y otra de 5) conviven con dos mascotas: Sisu y Stuart. En su hogar, los animales no solo han sido compañeros fieles, sino también maestros silenciosos de valores como la responsabilidad y el respeto por otros seres vivos.

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“Mi hijo mayor fue hijo único hasta los siete años. El perro le sirvió como compañía, como un amigo. Aprendió desde pequeño que debía sacarlo a pasear, que había que alimentarlo, ayudar a limpiarlo. Fue clave en su desarrollo afectivo”, asevera Gabriela.

Lo que empezó como una compañía para un niño pequeño terminó convirtiéndose en una experiencia educativa y emocional compartida por toda la familia. Hoy, hasta la hija menor participa en el cuidado de los animales. “No se trata solamente de tener una mascota porque es linda, sino de entender que necesita cuidados, higiene y atención”.

Beneficios de tener un perro para los niños

Según cifras de 2022 del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), más de dos millones de niños y niñas en Ecuador viven en hogares con perros o gatos, convirtiendo a estos compañeros peludos en cómplices de la infancia.

Andrea Aguirre, experta en comportamiento animal de la tienda Mundo Mágico de la Mascota (@mundomagicodelamascotaec), está convencida de que crecer junto a un animal puede marcar positivamente la infancia de un niño.

“El vínculo temprano con un animal de compañía puede ser muy enriquecedor. Enseña empatía, refuerza la autoestima y ayuda a formar una conciencia de responsabilidad. Pero sobre todo, debe construirse desde el respeto mutuo y la comprensión de que el animal también tiene necesidades”, explica.

Un estudio de la Universidad de Florida, publicado en la revista Social Development, recalca estos beneficios: los niños que viven con perros muestran niveles más bajos de estrés ante tareas difíciles.

Además de aquello, según Aguirre, tener una mascota fomenta en los niños la empatía, al aprender a reconocer emociones; la responsabilidad, al tener que encargarse de su cuidado; y la autoestima, gracias al vínculo afectivo que refuerza su seguridad emocional.

¿Qué enfermedades le puede transmitir un perro a un bebé?

Aunque Gabriela tomó precauciones (como elegir razas que creía hipoalergénicas para no afectar la rinitis de sus hijos), el alergólogo Silvio Durán (@drsilvioduran_alergias) aclara un punto fundamental: no existen razas verdaderamente hipoalergénicas.

“El problema no es el pelo, sino la caspa, la saliva y la orina del animal. Estas contienen las proteínas que activan el sistema inmune de los niños con predisposición genética”, argumenta Durán.

Sin embargo, el especialista también trae buenas noticias: la exposición temprana a animales podría reducir el riesgo de desarrollar alergias. “Si el sistema inmune del niño aún no ha reaccionado negativamente, la convivencia con animales puede incluso fomentar tolerancia”, afirma.

Pero advierte que si el infante ya presenta síntomas como congestión nasal, picazón ocular o dermatitis atópica, la introducción de una mascota puede empeorar su condición.

Y es que tener una mascota en casa cuando hay niños (incluso bebés) no es una decisión que se debe tomar a la ligera, pero sí puede ser profundamente transformadora.

Gabriela concluye que, al menos para ella, “es importante que los niños entiendan que los animales no son juguetes. Son seres que también sienten y necesitan ser cuidados”.

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