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Drama

"Solo queremos que él viva"

Esa es la súplica diaria que los padres de Camilo García le hacen a Dios. La vida del bebé extremadamente prematuro corre serio peligro

bebé extremadamente prematuro
Estuvo 43 días en la Unidad de Cuidados Intensivos y nació con un peso de 1.200 gramos.cortesía

Ni Danna Meneses ni Anthony García esperaban a Camilo, su segundo hijo. Los jóvenes, de 23 años, trataban de no tener descendencia por el momento, pues están desempleados.

Sin embargo, en pleno pico de la pandemia recibieron la noticia: serían padres por segunda ocasión. Leah, su primogénita de dos años, tendría con quien jugar.

“Los niños vienen con el pan bajo el brazo”, pensaron; pero contrario a eso, el pequeño vino con complicaciones de salud. Muchos problemas.

Como nació antes de tiempo, en su semana 26 (lo ideal es que sea a partir de la 38 hasta la 40), no logró la maduración de sus órganos, lo que le ha causado varios problemas como un soplo en el corazón, defensas bajas, un síndrome que hace que él se olvide de respirar y una hernia inguinoescrotal. Esta última consiste en orificios en los músculos de la ingle, por allí sale el intestino y va al escroto (saco que cubre los testículos).

A los padres de la criatura les preocupa que el intestino se atasque y no fluya la circulación sanguínea, lo que podría generar una gangrena.

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Controles y operación

“De la Maternidad del Guasmo me derivaron al Icaza Bustamente. Cuando estuve allí me dieron cita para el próximo año, en febrero. Dijeron que no es de emergencia. ¿Tengo que ir cuando él se esté muriendo?”, reclama Danna. Por eso afirma que recurrió a las redes sociales en busca de ayuda.

Señala que un médico particular evaluó a niño y le indicó que la intervención de la hernia le costaría dos ‘lucas’, dinero que no poseen, pues a duras penas reúnen para los pañales y la leche. Además de la operación, Camilo requiere de un equipo multidisciplinario que controle su estado de salud.

“Gracias a Dios, mis padres nos dan comida y casa. Sus ingresos vienen de carreras de taxi y venta de almuerzos”, menciona Anthony, graduado en informática, quien quiere ‘camellar’ de lo que sea para cubrir los gastos de su hijo.

Él fue despedido en la pandemia, pues la distribuidora de implementos higiénicos en la que laboraba cerró. Desde entonces, cuando tiene capital vende condimentos en las tiendas de su sector, Guasmo Sur.

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Sostiene que el bebé se adelantó porque a la madre le dio una infección. “La llevé por emergencia a la maternidad, donde me comunicaron que los dos peligraban”, rememora García.

madre de bebé extremadamente prematuro
Danna, su esposo e hijos viven en una habitación de tres por tres metros, en casa de los padres de él, en el Guasmo Sur.cortesía

Duras separaciones

Allí no terminó la zozobra. En el centro de salud Danna estuvo aislada porque presentó fiebre y otros síntomas que fueron confundidos con COVID-19, por eso recién vio a su hijo al tercer día de nacido. “Para una madre, es lo peor que le puede pasar, que él nazca y no lo veas enseguida. Imaginas lo peor”, relata entre sollozos.

El pequeño estuvo 43 días en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y su madre lo visitaba con frecuencia, pero nuevamente las enfermedades los volvieron a distanciar: a ella le dio dengue y tifoidea.

Su pareja tuvo que reemplazarla en el plan canguro, técnica que se basa en el contacto de piel con piel, la cual contribuye en la salud integral de los prematuros.

Mientras Danna llora y Anthony implora, Camilo a ratos sonríe. Es como si les dijera: “Tranquilos, todo va a estar bien”, inyectando dosis de esperanzas a sus padres.

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Contribuciones

Quienes quieran contribuir con pañales, leche, pañitos húmedos y medicamentos, o quieran prestar sus servicios médicos como nutricionistas, cardiólogos o neurólogos, pueden comunicarse al 0962049427.

"Por su hernia no debería llorar, pero cómo le dices a un recién nacido que no lo haga”.
Anthony García, padre