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“Quería ser futbolista y le gustaba la salsa”

Stalin Carrión Martínez, Guayaquil
Repetía que nadie le devolvería a su hijo, pero quería que los responsables “paguen con cárcel”. Estaba desesperada y emocionalmente destrozada. ‘Carola’ (nombre ficticio), la madre del niño -de 8 años- que fue asesinado y lanzado al ‘Canal de la Muerte’, solo quería que se hiciera justicia.
Ayer por la mañana, el pequeño era velado en un ‘ciber’ de una cooperativa de viviendas, en el noroeste de Guayaquil, a pocos kilómetros del lugar donde su cadáver fue encontrado y de su casa.
Trataba de contener el llanto. Permanecía en un silla plástica, donde recibía el poco dinero que sus amigos y parientes recogían por las calles del sector para poder sepultarlo. En ocasiones se levantaba y caminaba hacia el féretro para observar a su pequeño, el tercero de sus seis hijos.
“Arriba hay un Dios. Ellos tienen hijos varones y el que mató a mi hijo también tiene hijos... Se va a hacer justicia”, lamentaba la mujer mientras se dirigía a su hijo fallecido, como si tuviera una conversación con él.
Luego se volteó, salió de la improvisada sala de velación y recordó que al niño “le ‘pegaron’ dos tiros en los pulmones. No me lo van a devolver vivo, pero ellos tienen que pagar con cárcel. Mi familia está conmigo.Es el primer hijo que pierdo”.
De ahí, ‘Carola’ estalló en llanto, pero otros familiares se le acercaron y trataron de calmarla, pero le tomó algunos minutos dejar de derramar lágrimas por la partida de su hijo amado. “Él quería ser futbolista y le gustaba la salsa, bailaba bastante”, rememoró.
Después de decir eso, la señora guardó silencio por un instante. Recobró fuerzas, se puso de pie y dijo que quería mostrar el lugar donde supuestamente habitaban los sospechosos y la casa donde el niño habría sido asesinado.
En compañía de EXTRA, la madre acudió al sitio y enseñó las dos viviendas de los presuntos responsables del crimen, ambas ubicadas a menos de cien metros de su domicilio.
También indicó dónde habría sido la escena del asesinato, en una pequeña covacha de caña guadúa, abandonada en la ladera de un cerro. En ese lugar, según la madre, se detectaron probables manchas de sangre.
Finalmente, ‘Carola’ quiso evidenciar cómo y dónde vivía con su hijo. Pidió a una pariente que le pasara las llaves del candado con el que tenía asegurada su morada, construida con caña y madera.
El piso se movía con cada paso y en un ambiente de menos de doce metros cuadrados tenía una habitación con dos camas, la sala y su cocina, por el cual ‘paseaban’ dos pollos y los dos pequeños perros de la víctima: ‘Lassy’ y ‘Capullo’.
La mujer se detuvo por un momento, pensó y luego corrió a buscar un bolso. Lo llevó sobre una cama y emocionada empezó a mostrar los juguetes de su hijo, pero la sonrisa duró poco. Lo recordó y se ‘quebró’. Con una de sus prendas secaba su rostro de las lágrimas.
La progenitora sostuvo que es de escasos recursos y no sabe qué hacer con su situación. Hace cuatro años, el padre del niño falleció en un accidente de tránsito.
Al mediodía, el gobernador del Guayas, Julio César Quiñónez acudió al velorio y prometió hacer una evaluación para entregar una ayuda a los familiares de la víctima. Si alguien desea colaborar puede comunicarse con ellos al 0996612747.
Las tres hipótesis del caso
Serrano: “Fue reclutado para expender droga”
El ministro del Interior, José Serrano Salgado, informó en su cuenta de Twitter (@ppsesa) que el niño asesinado tenía “signos de tortura” y que “sus manos estaban amarradas, lo habían ‘botado’ como cualquier cosa...”.
Además, explicó que el “dueño de la casa le disparó y los otros integrantes de la familia lo amarraron y sacaron del inmueble. Aberrante tragedia”. También sostuvo que la “información real” que manejaba era que el “niño fue reclutado para expender droga y sus reclutadores lo victimaron por no entregar un dinero”.
Procesados
En este caso hubo seis detenidos, quienes ayer fueron procesados por asesinato, tipificado en el artículo 140 del Código Orgánico Integral Penal (COIP), sancionado con privación de libertad de veintidós a veintiséis años, sin contar agravantes. (SCM)
Sospechoso: “Estaba robando en mi casa”
La madrugada de ayer, mientras los preparaban para ingresarlos al área de detención transitoria de la Unidad de Flagrancia, uno de los sospechosos contó su versión del asesinato del niño, quien además era su vecino.
El supuesto jefe de hogar de la familia aprehendida sostuvo que el pequeño “estaba robando en mi casa; cuatro veces se metió a robar y se me llevó varios celulares”.
El detenido dijo además que el menor no solo se llevaba cosas de su domicilio, sino de otras viviendas aledañas.
Al consultarle si fue él quien disparó en contra de la víctima, el sujeto miró hacia el suelo y luego de observar a un agente policial, aseguró: “me dijeron que no hable, no puedo hablar”.
El coronel Germán Cevallos, de Delitos contra la vida (Dinased), precisó que también se investiga esta hipótesis. (EAR)
Madre: “Amenazaron a mi hijo y cumplieron”
Al conocer las versiones del ministro José Serrano y de los sospechosos detenidos, la madre del menor de edad asesinado manifestó que no estaba de acuerdo con esas hipótesis, porque ella tenía datos de otro posible motivo para el crimen.
La progenitora aseveró que el jefe de familia detenido y la esposa “amenazaron a mi hijo el otro mes (el mes pasado). Dijeron que me lo iban a matar porque jugaba pelota con la hija de él, con la entenada. A mi hijo le gustaba esa chiquita y le decían: verás mocoso, ya vas a ver lo que te va a pasar”.
La mamá añadió que lo mataron “como un perro en mi misma cuadra (...) Amenazaron a mi hijo y lo cumplieron. Ya no me lo van a devolver, me dejaron con el corazón destrozado”. El niño cursaba el cuarto año de educación básica y era conocido en su barriada y en estaciones de buses de la zona porque vendía caramelos. (SCM)