A Miguel Carlos Arboleda, de 30 años, conocido como Tanga Negra, a quien asesinaron en las calles de Quevedo, Los Ríos, lo velaron por tres días y fue sepultado en medio de rituales.

La tarde del jueves 7 de octubre de 2021 sus restos fueron llevados hasta el cementerio Jardines de la Paz y se desplegaron dos camiones con militares y cuatro patrulleros para el cortejo. “Ellos realizan un plan de contingencia para que no vaya a darse ningún tipo de altercado en estos sepelios”, dijo el jefe de la Policía, Holguer Cortez.

Pero lo que causó más temor durante las honras fúnebres de este individuo, a quien le dispararon cuando compraba en un local, fue que sus ‘panas’ hacían ‘temblar’ al barrio por los disparos que realizaron en varias ocasiones.

Además, en un video que circula por redes sociales se observa una especie de ritual, en el que colocan diversos tipos de armas sobre el féretro del hombre, quien cayó ‘tieso’ en la calle Bolívar, entre Segunda y Tercera, el lunes 4 de octubre de 2021.

Según un experto en armamento, las más grandes que se ven en la grabación serían un fusil M16 y un AK-47, mientras que las otras serían tipo Glock 17, con alimentadoras de 30 tiros.

Para la sicóloga clínica Teresa Correa Suárez, experta en comportamientos alarmantes infantiles y juveniles, con este tipo de acciones se puede concluir que los grupos delincuenciales buscan demostrar que cuentan con un legado de violencia y delitos extravagantes.

La analista indicó que ellos ponen las armas en el féretro porque “sienten una gratificación” por sus delitos, lo que les sirve como un estímulo a sus actos delictivos.