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Diario Extra Ecuador

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¡El cigarrillo barato se multiplicó en Quito!

En los últimos meses se ha masificado el consumo de tabacos ilegales. La aduana controla el ingreso y destruye el producto.

En mayo, más de un millón de cigarrillos ilegales fueron destruidos  por la Senae. Llegan de China, Hong Kong e India.

En mayo, más de un millón de cigarrillos ilegales fueron destruidos por la Senae. Llegan de China, Hong Kong e India.

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Más que la colorida caja, lo que llama la atención de los compradores es el precio de los cigarrillos. Un dólar con veinticinco centavos es el ‘lujo’ que se permiten cada día los estibadores, cuidadores de carros y uno que otro estudiante con recursos limitados.

Aquellos tabacos importados desde China, Hong Kong e India se han masificado en el país durante los últimos meses y aunque nadie sabe “quién los distribuye”, se comercian en cualquier esquina del centro de la capital.

“Para la gente es conveniente el costo. Son veinticinco centavos por unidad comparados con los cincuenta que valen los tabacos de marcas conocidas”, detalló Germania. La mujer, de 56 años, tiene un puesto de confites en la Plaza Grande, centro de la ciudad, y adquiere esa mercancía “cuando alguna persona me ofrece, pero no tengo un distribuidor fijo”, señaló.

En mayo pasado, el Servicio Nacional de Aduana del Ecuador (Senae) destruyó más de un millón de cigarrillos, que pretendían ser ingresados de manera ilegal. La institución confirmó, luego de varios análisis, que “no son aptos para el consumo humano”.

Además, se ha explicado a los vendedores la problemática que genera el contrabando, ya que por este delito “no se paga impuestos, no genera empleo y fomenta el crimen organizado”, detalló un comunicado del Senae.

La ‘desaparición’ de estos productos, valorados en 55 mil dólares, fue realizada en un convenio con la Organización Mundial de Salud (OMS), en cuyas estadísticas se resalta que seis millones de personas en el mundo mueren cada año debido a enfermedades tabaco-dependientes.

El control del contrabando no es la única medida para reducir el consumo de los cigarrillos, puesto que se han agregado impuestos, prohibición en publicidad y promoción, campañas preventivas en las cajetillas y restricción del consumo en espacios públicos.

Datos de la industria tabacalera en Ecuador señalan que en 2015 el contrabando de cigarrillos creció al 35 % del tamaño del mercado y que la mayoría de productos viene de China. Esta realidad genera preocupación en las autoridades, especialmente por los efectos nocivos que podrían tener estos productos.

El experto

Tabacos ilegales podrían ser tóxicos

Carlos Ponce, médico general

Para el médico Carlos Ponce, el fumar cigarrillos ilegales genera un “doble riesgo para la salud”. Esto, debido a que no cuentan con un registro sanitario que garantice que hayan tenido una producción regulada, en la que se especifique su composición fisicoquímica.

“Estos tabacos tienen ingredientes desconocidos, incluso podrían incluir compuestos químicos tóxicos, ajenos a la planta del tabaco”, refirió.

El especialista reveló que al menos cincuenta de los componentes del tabaco procesado pueden ser cancerígenos, por ejemplo, el alquitrán (sustancia negruzca que se queda en bronquios y pulmones).

“No se sabe a ciencia cierta qué tienen los cigarrillos ilegales, pero se dice que, además de hoja de tabaco, contienen hoja de haba. En otros países los análisis han arrojado que contienen basura, restos de alfombra, madera, paja y heces fecales animales y humanas”, manifestó.

Fumadores

Rechazan el sabor amargo

A Diana Calero le pareció una excelente oferta encontrar cigarrillos económicos. Eso, hasta que abrió el paquete. “Desde la caja se nota que son de mala calidad. Jalé la cinta de plástico y se rompió”, señaló la estudiante.

Para ella la duración de los tabacos ilegales es mayor a la de los convencionales, pero el sabor es desagradable. “Es muy fuerte y deja una sensación amarga en la boca”, agregó.

Luis Llumitaxi, un comerciante de verduras y consumidor frecuente de estos tabacos, precisó que pese a que lleva 32 años fumando, nunca había sentido “algo extraño en la garganta”. Cada vez que fuma uno de esos cigarrillos inicia un episodio de tos.

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