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Chicles arrojados a la calle podría causar enfermedades
Las calles del centro histórico se someten a un proceso de hidrolavado a presión para eliminar los residuos de las gomas de mascar.
Los residuos de chicle se acumulan en las aceras y contaminan Quito. En cuatro calles capitalinas se realiza una limpieza exhaustiva debido a la cantidad de goma de mascar que se acumula en sus alrededores.
Los siete kilómetros que suman las calles Benalcázar, García Moreno, Guayaquil y Venezuela se someten a un proceso de hidrolavado a presión para extraer los restos de esta popular golosina. Este sistema de limpieza también se realiza en las vías paralelas del Centro Histórico y puede tardar al menos 30 minutos por cuadra.
Un chicle puede costar entre 10 y 15 centavos a quien desee consumirlo. Pero si luego de saborearlo el individuo decide arrojarlo en el piso, su extracción genera un gasto de 60 centavos. A más de los efectos económicos, esta acción contamina el ambiente y ocasiona riesgos para la salud.
La goma de mascar que ingiere una persona puede contener hasta 10 mil bacterias y hongos —explica el médico César Plaza— los mismos que podrían desencadenar enfermedades como la salmonelosis, tuberculosis y estafilococo.
Adicionalmente, estos dulces “se secan con el sol y al ser productos inorgánicos tardan en degradarse al menos cinco años, por lo que siguen contaminando el ambiente por largo tiempo”, acota el especialista.
Desde los años noventa, en Singapur se prohibió su venta y consumo con el propósito de que las calles permanezcan limpias y debido a los inconvenientes que generaba su consumo especialmente para el transporte público.
Según el portal United Explanations, quienes intenten comercializar goma de mascar podrían recibir penas máximas de dos años de cárcel y los que lo ingieran, grandes multas. Aunque no todo es tan anti-chicle: hay una excepción para la goma dental o de nicotina. Por su parte, en algunas ciudades del Reino Unido existen impuestos al consumo de chicles.
En el país, para evitar acciones que contaminen el ambiente, se recomienda desechar la goma de mascar en su propio empaque y arrojarla dentro de un contenedor de basura.