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Quito es un ejemplo de ciudad resiliente
En un informe de la ONU se destaca la regeneración de 200 hectáreas para cuidar el agua y la biodiversidad.
Tres de cada cinco ciudades del mundo con al menos 500.000 habitantes corren un alto riesgo de padecer un desastre natural, según el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas.
En un informe emitido por la ONU se reveló que 679 de las 1.146 ciudades son vulnerables a ciclones, inundaciones, sequías, terremotos, deslizamientos de tierra o erupciones volcánicas, o a una combinación de estos fenómenos.
Sin embargo, existen algunas con mayor capacidad de sobreponerse ante las situaciones adversas.
Cada semana 1,4 millones de personas se trasladan a las ciudades y “esta rápida urbanización puede poner a prueba la capacidad local y contribuir a un mayor riesgo de desastres, tanto naturales como provocados por el hombre”, resaltó António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas.
Para él, la solución a ese problema reside en “crear resiliencia”. Ciudades como Quito, Bangkok o Johannesburgo ya emprendieron ese camino, destacó Guterres.
El objetivo del informe es que se pueda construir ciudades sostenibles y resilientes. Es decir, que sean capaces de absorber el impacto de las amenazas, proteger y preservar la vida de las personas y limitar los daños y la destrucción, al tiempo que continúan proporcionando infraestructura y servicios después de una crisis.
De la capital ecuatoriana, destacó la regeneración o protección de más de 200.000 hectáreas usadas “para aumentar la protección contra las inundaciones, reducir la erosión y salvaguardar el suministro de agua dulce y la biodiversidad de la ciudad”.
Todo esto convierte a Quito no solo en Patrimonio Cultural de la Humanidad, sino también en ejemplo para otras urbes.