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Quito: la angustia de los familiares de Sebastián Collaguazo, patinador desaparecido
La última vez fue visto en un parque del sur de Quito. Sus parientes piden que les dejen ver los videos de la zona
Esta ha sido la peor semana de la vida de la familia Collaguazo Angamarca, pues el menor de sus hijos ha desaparecido. La angustia ha sido la tónica de los últimos días. Sebastián Collaguazo, de 23 años, salió al mediodía del domingo 24 de septiembre para practicar con su patineta en una pista cercana al colegio Amazonas, ubicado en la calle Lauro Guerrero, sur de Quito.
La mañana de ayer volvieron a recorrer las calles por donde fue visto por última vez. No han parado de imprimir carteles con el rostro del muchacho. En medio de abrazos y consuelos, pidieron información a los transeúntes y vecinos. Mostraron su foto y una de sus patinetas, por si alguien vio algo. Pero nada.
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Según Franco, su hermano mayor, él salió con un pantalón beige, camiseta negra y zapatos blancos. “Se sabe que estuvo hasta las 15:43 en ese parque y con dos amigos”, precisa el pariente. La familia lo ha buscado por todos lados, en hospitales, albergues y hasta en la morgue, sin resultados, por lo que aún tienen la esperanza de hallarlo vivo.
LOS AMIGOS
Según las averiguaciones de la familia Collaguazo, pasadas las 15:43 Sebastián y sus amigos caminaron hacia la calle principal. Allí se percató de que olvidó su skate y regresó a la pista. “Lo hizo solo, ahí aparentemente se separaron”, cuenta Franco.
Esto es preocupante para él, pues conocieron que los muchachos tomaron licor y Sebastián incluso tambaleaba al caminar. “Lo dejaron solo”, agrega el hermano.
Los recorridos los han realizado con el agente asignado al caso, pero sin una orden judicial. Por ello, algunos dueños de inmuebles de la zona les han permitido revisar las cámaras de seguridad, aunque no todos. “Por eso sabemos, por ejemplo, que pasó por un chifa que queda cerca de un centro comercial”.
Uno de los objetivos de la diligencia de ayer fue también pedir a los dueños de casa y locales que les permitan revisar las cámaras. “Sabemos que hay temor, que nos piden el permiso de Fiscalía, pero perdemos horas valiosas”, recalca Franco.
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