El único patrimonio que le quedó a Wilfrido Llulluna, de 50 años, son sus artesanías y su ropa. Todo lo demás se perdió en un voraz incendio que acabó con su taller de carpintería que se ubicaba dentro de un terreno en Yaruquí, al nororiente de Quito.

Han pasado 20 días y este artesano no ha podido ‘levantarse’. “Fue el 19 de enero cuando escuché un estruendo como el de un rayo. Luego pensé que un carro se había entrado a la casa, pero cuando salí vi que el fuego empezaba a crecer”, relató a EXTRAen medio de lo que fue su taller.

No tardó tanto en extenderse hasta la casa en la que residía con su hijo, la cual está construida con bloque y también con madera, material que propició que las llamas avanzaran. “Se me quemó la ropa, una refrigeradora, electrodomésticos y hasta la cama”.

Poco se rescató

El incendio calcinó las herramientas de Llulluna, quien calculó que solo en eso perdió unos 7 mil dólares. “En materiales se fueron entre 2.500 a 3.000 dólares y en otras cosas que usaba para mis obras, unos 2.000 más. Mejor dicho, perdí el fruto de mi trabajo”.

El artesano ha dedicado 23 años de su vida a esta forma de sustento que es la construcción de mesas de madera, muebles, sillas, pero con un toque de esculpido. Por fortuna, eso se salvó y piensa rematar las obras para en algo sobrevivir.

“Lo milagroso de eso fue que la imagen de la Virgen de El Quinche, de la que soy creyente, no se quemó”, contó. Tampoco se destruyó la escultura de la Santa Muerte que tiene en su cuarto y de la que también es seguidor.

Ahora, espera un milagro para recuperar lo perdido con la ayuda de la solidaridad de las personas.