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En el barrio era bastante conocida la víctima. La gente hablaba de lo sucedido.Karina Defas

Quito | La escalofriante confesión de hijo acusado de apuñalar 65 veces a su madre

El sujeto enfrentará un juicio para determinar si es culpable o no. El crimen se produjo en La Roldós, norte de Quito

Un escalofriante caso de violencia intrafamiliar conmovió a Quito a finales del año pasado y ahora avanza en los tribunales. La Fiscalía General del Estado (FGE) emitió dictamen acusatorio contra Ángel, señalado como autor del asesinato de su propia madre, de 63 años, quien murió tras recibir cerca de 65 puñaladas.

El hecho ocurrió el 18 de diciembre de 2024, dentro de una vivienda de La Roldós, norte de Quito, donde la víctima fue encontrada sin vida por familiares. El parte policial detalla que presentaba decenas de heridas de arma blanca en distintas partes del cuerpo.

El acta de levantamiento de cadáver, elaborada por los uniformados que llegaron al lugar, confirmó la magnitud del ataque. La mujer fue hallada en su dormitorio, ensangrentada y sin signos vitales. En la habitación se recogieron cuchillos y prendas de vestir manchadas, que se convirtieron en evidencias claves para el caso.

Uno de los testigos, identificado como otro hijo de la víctima y hermano del procesado, relató que Ángel confesó el crimen: “Yo fui, lo hice para estar juntos en el cielo”, habría dicho el sospechoso tras ser sorprendido en el sitio.

El informe forense confirmó que la mujer murió por una hemorragia aguda interna, provocada por la laceración del hígado e intestinos. El documento detalla que la causa del deceso fue un traumatismo abdominal, producto de la penetración de un objeto punzocortante. Estos hallazgos reforzaron la hipótesis de la Fiscalía sobre la extrema violencia con la que actuó el procesado.

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El juicio contra hombre acusado de matar a su madre en La Roldós espera fecha

La muerte de la mujer, de 61 años, se registró en La Roldós, noroccidente de Quito.Archivo

Cuando la Policía arribó, encontró al sospechoso con heridas en su cuerpo, lo que coincidía con un forcejeo. Además de la confesión inicial frente a su hermano y los agentes, las pruebas periciales complicaron aún más su situación.

Un informe genético forense reveló que en las uñas, manos y ropa de la víctima se hallaron rastros del perfil genético de Ángel. Es decir, hubo contacto directo entre él y su madre en el momento de los hechos.

Las investigaciones también arrojaron detalles de la vida del acusado. Documentos médicos señalan que fue atendido en el hospital psiquiátrico Julio Endara y en el hospital Pablo Arturo Suárez por problemas relacionados con el consumo de drogas y alcohol. Un examen psicológico realizado en enero de 2025 confirmó que el procesado tenía historial de consumo excesivo de sustancias, aunque al momento de la valoración no presentaba un cuadro clínico grave que pudiera justificar una inimputabilidad total.

El informe de trabajo social añadió que el acusado reconoció haber estado en el lugar del crimen, aunque afirmó no recordar lo sucedido debido a su estado de intoxicación. Con todos estos elementos: confesión, testimonios, pericias forenses, informes médicos y psicológicos, la Fiscalía consideró que existe suficiente material para acusar a Ángel como autor del delito de asesinato. El expediente ya está en etapa de juicio, donde el procesado enfrentará la posibilidad de una condena de hasta 26 años de prisión.

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