Para los quiteños el funcionamiento del Metro se ve otra vez lejano, pues permanecerá cerrado al público hasta la primera semana de diciembre. Rómulo Chávez, un jubilado, opinó que “ya ni sorprende que haya tanto problema. No dejan despegar la obra”.

Él contó a EXTRA que cuando se abrieron las puertas de las paradas, por nueve días, sí lo utilizó. “Debería ir más lejos al sur y al norte. Ahí habría más beneficios, pero en general era rápido”, agregó.

Marta Arcos ni siquiera se atrevió a ir a una de las paradas porque se dio cuenta de que para una persona de la tercera edad, como ella, era incluso peligroso. “Se empujaban, se peleaban. Tampoco era seguro”, sostuvo.

Víctor Hugo Villacrés, gerente del Metro de Quito, precisamente se refirió a esto, pues una de las falencias fue el plan de emergencias e incluso la falta contratación de servicio de mantenimiento y de fiscalización al operador.

Para Marta no es ningún hallazgo que las cosas no hayan estado listas. “Todos nos dimos cuenta, pero para algunos al menos sirvió”, agregó. Rómulo ya ni siquiera cree que se cumpla la planificación de diciembre y cree que además que “las cosas que no se usan se dañan”, por lo que en lugar de salvaguardar el sistema, más bien se esté perdiendo.

TRANSPORTE MUNICIPAL

Ante la vuelta al ‘busetazo’ Muñoz comentó que el sistema municipal de transporte tiene la capacidad de seguir trasladando a los quiteños, por lo que se retomará la decisión de comprar nuevas unidades eléctricas de Trolebús.

“No solo hay que hacer eso. Uno procura no ir en Trole porque ahí roban. De eso nada se soluciona”, reclamó Marta.