En la avenida La Ecuatoriana, sur de Quito, hay que esquivar a los vehículos para evitar un accidente; las ventas informales ocupan gran parte de la vereda e incluso la calle.

Pero ese no es el mayor problema de los vecinos. En las últimas semanas han sido testigos de cómo se pelean por los espacios en las aceras con palos, piedras y cuchillos.

En un video que se hizo viral en redes, los moradores documentaron una riña en la que hombres y mujeres se golpeaban, se halaban de los cabellos. Otro grupo los alentaba: “¡Dale!, pero dale”, gritaban.

“Esto no es sorpresa. No es la primera vez que sucede algo así”, dice Édgar Villegas, morador del barrio.

El vecino refiere que los vendedores tampoco han respetado los toques de queda del último mes. “Cuando pasaba la Policía se iban por las transversales y luego volvían”.

Luego se escuchaba de nuevo la oferta de productos a gritos y sus camionetas recorriendo la avenida, según Villegas.

La última bronca se registró la noche del lunes. En otro video se puede ver cómo atentan también contra el espacio público rompiendo los árboles del parterre de la avenida.

“Desde que empezó la pandemia hemos soportado esto. Tienen derecho a trabajar, pero no a adueñarse de la vía”, dice Susana Suárez, también moradora. Ella ha recibido insultos por parte de algunas de las vendedoras.

‘El gato y el ratón’

Guillermo Maza, jefe de la Unidad de Seguridad y Gestión de Riesgos de la Administración Quitumbe, a la que pertenece este barrio, comenta a EXTRA que el problema está identificado y que se han realizado acciones disuasivas.

Es decir, los retiran del espacio público, pero ellos vuelven a la primera oportunidad. “Es como el juego del gato y el ratón. Lastimosamente no podemos estar todos los días en un solo sitio”, agrega.

Los funcionarios municipales también han sido víctimas de agresiones durante los operativos. “Primero el insulto y luego las agresiones físicas con palos”, relata.

Inseguridad

La presencia de los vendedores ha aumentado a partir de la pandemia por COVID-19. Según el funcionario, la mayoría sería parte de los informales que ocupaban la calle Loja en San Roque, en el centro.

Desde el año pasado también han visto los vecinos que existe venta de droga y aumento de robos y arranches. “Antes no era así”, acota Susana.

Guillermo Maza explica que se investiga si las ventas solo son el camuflaje para estos delitos. Lo que sí han determinado ya es que existen cuatro grupos que se disputan el espacio público. “La venta de puestos es una sospecha que aún debemos corroborar”, comenta.

Estas investigaciones se realizan en coordinación con la Policía Nacional. “Algunos están armados porque hasta se han peleado con cuchillos”, agrega.