Los vecinos de San Juan, centro de Quito, se ‘pegaron’ tremendo susto luego de que circuló un video en el que aparentemente un sujeto intentó llevarse a una niña de unos cinco años. Ocurrió en una heladería de la calle Haití, aunque al final de las investigaciones se estableció que no hubo tal intento de secuestro, según el coronel Patricio Vargas, comandante del Distrito Manuela Sáenz.

“Al hablar con la madre de la niña, contó que se trató de un habitante de calle que siempre pide comida y esa mañana ya tenía una actitud amenazante”, aseguró. Algunas moradoras confirmaron la versión policial, pues el individuo que irrumpió en el negocio ya es conocido por la mayoría. “Pide monedas o comida. Vive en la calle, no creo que sea capaz de planificar un secuestro”, dijo una mujer.

PROBLEMA INTEGRAL

Este hecho reafirma que los habitantes de calle se han convertido en un problema, sobre todo en el centro de la urbe, pues son señalados como protagonistas de altercados y hasta de muertes violentas. “En la capital, en total hay unos 1.200 habitantes de calle. De esos, el 57 % se concentra en el centro”, precisó Vargas.

A esto se suma que algunos también son consumidores de licor artesanal y estupefacientes, por lo que sus actitudes pueden llegar a ser violentas. “No podemos generalizar, pero sí hemos registrado muertes violentas, porque en medio de ese consumo se pelean entre ellos”, agregó.

La elevada presencia de este grupo poblacional se debe a la existencia de algunos albergues en ese sector, así como de personas particulares que acuden al centro a dejar comida. “Es por eso que se quedan en esta zona. La hacen su hábitat”, manifestó el comandante del Distrito Manuela Sáenz.

LAS SOLUCIONES

Vargas cree que es necesario reubicar los albergues en sectores periféricos. “Con el Municipio estamos revisando si es necesario implementar nuevas ordenanzas para ir descongestionando esta población”.

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En lo que va de este año se han registrado al menos cinco muertes de habitantes de calle, aunque no todas han sido violentas. También los encuentran sin vida por la falta de comida o por hipotermia (temperatura central inferior a 35 °C). “Es un problema de salud pública que debe ser abordado desde varias aristas. Nosotros los retiramos, pero siempre vuelven”, finalizó.

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