Para Magaly Almache, todos los planes de reuniones navideñas con tíos, sobrinos y primos han quedado canceladas desde este martes 13 de diciembre, cuando la llamaron del colegio de su hija para que la llevara a emergencias.

La menor de 13 años empezó a toser con sangre, con eso los demás síntomas de gripe. Magaly esperaba en las carpas del hospital del IESS Quito Sur hasta que su pequeña sea atendida.

“Me dicen que hay que respetar la fila, pero creo que mi niña está más grave”, lamentó.

Su hija forma parte del 300 % de incremento en atenciones respiratorias en ese hospital, según Juan Sánchez, su gerente general.

Allí ha sido necesario cerrar algunas especialidades de consulta externa, así como las cirugías programadas. “Esperamos que en enero se puedan retomar estas actividades”, agregó.

Para la familia de Magaly, los planes serán más íntimos. “No podemos arriesgar al resto de la familia. Además, tendré que cuidar de mi hija”, contó.

TRES VIRUS

Esta es una medida razonable, según el epidemiólogo Daniel Simancas, pues los feriados, eventos masivos y no usar mascarilla han puesto al país frente a una triple epidemia. “Tenemos el virus sincitial respiratorio, la influenza y la COVID-19”, precisó el experto.

La tendencia para fin de año, según Simancas, es de aumento de casos y hospitalizaciones, aunque no necesariamente de muertes, pero se puede esperar cualquier novedad. “Tampoco creo que llegará al confinamiento, pues la población al menos tiene las dosis de la vacuna”, agregó.

Sin embargo, los más pequeños se han visto más afectados con el último brote, pues tienen solo dos dosis contra la COVID. En el IESS Quito Sur están ocupadas 6 de las 10 camas en cuidados intensivos pediátricos. “Son pacientes con enfermedades respiratorias”, señaló Sánchez.

Eso no quiere decir que los adultos estén exentos, pues el aumento de atenciones también aumentó un 40 por ciento en las últimas semanas.

Magaly ruega porque nadie más de la familia esté contagiado, pues también se conforma por adultos y ellos siguen siendo los más vulnerables. “Es indispensable vacunarse. Es lamentable que la población no quiera vacunarse ni usar mascarilla”, sentenció Simancas.