Un video que se volvió viral en redes sociales documentó el atropellamiento de dos personas en La Ronda, centro de Quito, hace 12 días y la indignación sigue intacta en la ciudadanía. Esto porque la zona es peatonal, pero pocos conductores de carros respetan aquello.

En la filmación se puede mirar cómo Francisco Kohn, una de las víctimas, ‘vuela’ con el impacto de un vehículo. En esos mismos segundos se observa una mancha blanca sobre el capó del Hyundai blanco, causante del siniestro. “Ahí está mi hija, a la que la conductora atropelló antes”, dice Doris Chacón.

Diana Andrango, de 29 años, estaba en la misma calle y fue alcanzada por el automotor. Permanece por varios segundos sobre el auto, hasta que el cuerpo de Francisco, de 75 años, la hace a un lado y cae sobre la calzada.

Diana tiene una fractura de coxis, contusiones graves y uno de sus oídos quedó afectado. A Francisco le operaron el tobillo y le esperan seis meses de rehabilitaciones.

El caso

Chacón explica que no pensaba poner una denuncia, pero lo hizo luego de escuchar las excusas de la conductora. “Dijo que se le fueron los frenos, eso es imposible porque el auto, incluso, estaba en cuesta”, reclama indignada.

Juan Manuel Aguirre, abogado de Kohn, opina lo mismo. Incluso señala que quedó sorprendido con el informe del accidente, que habría impedido que el juez inicie la instrucción fiscal. “Los agentes investigadores pusieron como causa basal del siniestro ‘a determinar’. Eso complica las cosas jurídicamente”, sostiene.

Por ello, no hubo elementos de convicción para detener a la conductora ni retener el automotor. “Sin embargo, el video es claro y pediremos más videos de otras cámaras”, anuncia Aguirre.

SIN RESPETO

Tanto la calle Morales como la Guayaquil, en el tramo del sector de La Ronda, son peatonales, pero no se ha respetado esa categoría. Joselyn Castañeda vive cerca y cuenta que incluso ha tenido que poner una bicicleta en media calle para que los autos no pasen. “Me la han quitado. Encima, circulan a altas velocidades”.

Hace dos años su hijo fue golpeado por un motociclista. No tuvo heridas graves, pero nadie se hizo cargo de su recuperación.

Los vecinos exigen poder circular sin el miedo de terminar en el hospital. O en el cementerio.