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¿Horroroso es igual a malcriado?
Una palabra quedó en entredicho luego de una entrevista protagonizada por Rafael Correa el 28 de noviembre.
Una entrevista dejó una incógnita con el lenguaje. El día en que la cadena de noticias CNN tuvo como invitado —a la distancia, claro— al expresidente Rafael Correa, la Real Academia Española (RAE) no conocía del sinónimo que estaba por ser introducido: Horroroso es igual a malcriado.
La cita giraba alrededor de la libertad de expresión y el que hacía las preguntas era el periodista mexicano, Fernando Del Rincón. Esta no era la primera vez que ambos coincidían como entrevistado y entrevistador —la última cita fue en octubre del 2017—, pero sí la primera ocasión en que volvía a discusión el uso del calificativo “gordita horrorosa”.
Lo principal de ese diálogo fueron estas líneas, donde se resume la definición explicada por el exmandatario:
Correa: ¿Eso es agresión a la prensa?
Del Rincón: ¡Son agresiones verbales, perdóneme!
Correa: Venga al Ecuador para enterarse que en la Costa, de donde yo soy originario, horrorosa significa malcriada, hay que conocer el contexto cultural. ¡Venga a Guayaquil!
Luego de la reprimenda por desconocer aquella expresión, Correa insistió en que la palabra fue sacada de contexto y enseguida dio un ejemplo de su correcto uso: “En la costa ecuatoriana se dice: ¡Este muchacho horroroso!, para decirle a un chico malcriado; quiera creerlo o no, ya no perdamos el tiempo en eso”.
La RAE, sin embargo, sí tiene un significado globalmente aceptado: horroroso es un adjetivo muy similar a horrible. Además, hace diferenciaciones de su uso coloquial: muy feo, muy malo o pésimo. La palabra, en sí, está cargada de un sentido horripilante.
Susana Cordero, como directora de la Academia Ecuatoriana de la Lengua da su apreciación sobre el origen del término: “Horror es una palabra absolutamente española y proviene del latín. Lo que él (Rafael Correa) quiere es justificarse, como diciendo que al ser jerga cualquiera lo dice”.
Para recobrar el fiel sentido de horroroso, la experta en el lenguaje, hace cinco precisiones:
1. Es una gran grosería.
2. Se la usa cuando algo nos aterra, algo nos parece tan feo, tan desagradable, que decimos: ¡Qué horroso!
3. En todas partes del mundo tiene el mismo significado: algo que produce horror.
4. Es algo que nos inspira repugnancia.
5. Horroroso no tiene nada de jerga.
Sobre esta última aclaración, Susana Cordero, quien también es catedrática universitaria y autora del ‘Diccionario del uso correcto del español en el Ecuador’, explica algo más para terminar con cualquier malinterpretación: “Jerga es un habla de grupos pequeños. Se puede decir jerga de los chicos de una escuela, como una forma ajena al español, es hablar en clave”.
Ese fue el detalle final. Lo que quiere decir que lo que es horroroso no está en discusión y su uso aún no abarca a los malcriados.