¿Qué tanto reciclan los guayacos?

Uno de los objetivos de la actual alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, es hacer énfasis en el fomento al reciclaje. Actualmente, la ciudad cuenta con varias empresas dedicadas a esta actividad, quienes deben de realizar un reporte anual al Municipio sobre la cantidad de desechos que se reciclan para así ejecutar un control, como lo explica Monserrate Vélez, jefa de recursos naturales y desarrollo sostenible del Cabildo.

Según los Indicadores de la Estrategia Ambiental Cantonal, se recolectan 4.279 toneladas de residuos sólidos diariamente. “El 5,02 % de estos desechos, se reciclan, que es el promedio en América Latina”, detalla Vélez.

En efecto, según organizaciones como el Banco Interamericano de Desarrollo, en América Latina y el Caribe la tasa de reciclaje oscila cerca del 2,2 %. Gina Viteri, magíster en Medio Ambiente, cree que esta estadística debe mejorar, pero no es solo una tarea que les corresponde a los políticos.

“Creo que hay que verlo dentro de un esquema integral, porque no es un asunto únicamente ambiental, realmente nace en lo económico y en el poder de la industrialización. El costo por el reciclaje es una larga cadena, con muchos intereses involucrados”, sostiene Viteri, quien añade que es necesaria la participación de empresas, asociaciones de recolectores, entre otras más.

Dentro del plan de trabajo de la nueva administración municipal consta el reciclaje inclusivo, entendido como la gestión de residuos reconociendo y formalizando el papel de los recicladores como actores clave de dichos sistemas.

En la urbe porteña, es común ver a los ‘chamberos’ (como se los conoce popularmente a los recicladores informales), cuya tarea es abrir fundas de basura para obtener de ahí cartones, plásticos o botellas de vidrio y llevar todo este material a las distintas empresas para su reutilización. A pesar de que el fin parece ser positivo, hay peros en las formas.

Ciudadanos han cuestionado el papel de los chamberos, principalmente, por el desorden que generan algunos de ellos cuando abren y remueven las fundas de basura. Un estudio de la revista The Economist reconoce también que, en su mayoría, los recicladores informales son personas en situación de vulnerabilidad, inmigrantes o personas desplazadas, en situación de pobreza extrema, con bajo nivel educativo, lo que para muchos moradores de barrios significa un riesgo para su seguridad.

“Se debe implementar un esquema que involucre y organice a quienes separan la basura, y les permita continuar con estas labores en condiciones seguras de salud y de mejores ingresos”, opina Viteri ante esta problemática.

En la otra orilla, están ciudades como Rotterdam (Holanda), San Francisco (Estados Unidos) y Adelaide (Australia), donde se ha llegado a tasas de reciclaje informal de 0 %.

Por su parte, el Municipio dice estar consciente de todo esto y que en los próximos meses se implementará un plan piloto que busca relacionar a los recicladores de base con los dueños de casa. “El objetivo es capacitarlos a unos y otros y relacionarlos. Se pretende también organizar mejor a los recicladores de base que se identifican en cada zona”, explicó Vélez.

Reforzar y ampliar la aplicación de incentivos, fortalecer las campañas de educación formal y no formal en la generación de los desechos, así como apoyar al sector privado para que desarrolle actividades de reciclaje, son iniciativas que, según Viteri, se deben llevar a cabo para tener comunidades más responsables con el medio ambiente.