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Relativa tranquilidad por eventual ‘relajo’ en Cuenca

Grupos policiales colaboraron a limpiar la ciudad que amaneció con desechos sólidos por las protestas.

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Ocho grupos de la Policía limpiaban y retiraban desechos de las calles.Fotos: Jaime Marín / EXTRA

La consigna: limpiar y retirar los desechos sólidos de las calles aledañas al Centro Histórico de Cuenca. Fueron ocho grupos de cuatro y cinco policías cada uno, que durante las primeras horas de la mañana de este 9 de octubre, debieron cumplir este objetivo minutos antes de cercar las inmediaciones del edificio de la Gobernación del Azuay.

Que la limpieza tiene dos objetivos primordiales, dijeron, mientras iban llenado con basura unos sacos de yute. El primero, colaborar con la ciudad ante la suspensión del servicio de recolección de basura; y, el segundo, retirar objetos contundentes como piedras y otros que pudieron convertirse en armas por parte de los manifestantes.

Unos veinte metros más allá, la Policía se apertrechaba colocando y reforzando las vallas metálicas con cadenas y alambre para impedir el ingreso de manifestantes al centro de la ciudad.

Por su parte, en las afueras de la urbe, comenzaban a concentrarse grupos de manifestantes con cierre esporádicos de los accesos al centro de Cuenca. Los servicios de transporte público urbano eran nulos. Fueron igual pocos los ciudadanos que a pie intentaban realizar sus menesteres.

Los mercados abastecidos, pero los precios se elevan

No hay quien compre. ¿Será por el incremento de los precios? Se preguntaba doña Mariana, una expendedora cuyo puesto está en el mercado Doce de Abril, donde los productos básicos no han escaseado.

Hay de todo, decía la señora. Pero desde los mayoristas nos están entregado al doble del valor al que antes del paro no daban. Como ejemplo dijo que el tomate del árbol, antes costaba la caja de 80 libras, 8 dólares, hoy está a 15 dólares.

La cebolla, igual la caja de 80 libras, ha subido de doce dólares a 25 dólares. El incremento es similar en el resto de productos, adujo la mujer tras solicitar que la Intendencia de Policía controle los precios a los mayoristas y defina las tarifas referencias para el expendio al público. Uno de los compradores, con canasto en mano, confirmó que los precios de ha triplicado. El canasto ahora es más pequeño.

“Llevo quince dólares y aspiro al menor hacer las compras para la comida de hoy. Aunque sea para un arroz compuesto. Compuesto con un huevo frito y tal vez una ensalada. Lo alcance”, afirmó el hombre diciendo que el canasto es el juguete de una de sus nietas.