Hace tres años, cuando María Fernanda Moreno adquirió su vivienda en la urbanización La Rioja (parroquia La Aurora, cantón Daule), tenía claras dos cosas: deseaba un lugar tranquilo para vivir y que sus familiares residieran en un ambiente seguro.

Sin embargo, la guayaquileña confiesa que desde febrero pasado siente que vive como “en un campo de batalla”, pues los enfrentamientos que ocurren dentro del Centro de Rehabilitación Social de Varones 1 de Guayaquil no solo se escuchan hasta su inmueble, sino que además varios proyectiles han impactado en las paredes y techos de sus vecinos.

“Ya no hay tranquilidad, cada vez que hay revueltas optamos por dormir en la planta baja, por si acaso una bala perdida ingrese por el techo. En el chat de la urbanización siete residentes han publicado que sus casas tienen impactos de proyectil”, afirmó Moreno, quien habita en la manzana 739 de la etapa Asturias.

Con los nervios de punta

La mañana del martes 28 de septiembre, durante las revuelta ocurrida en la ‘Peni’, uno de los proyectiles calibre 9 milímetros ingresó por el techo del inmueble de Rosalía Martínez. “Mi mamá escuchó un estallido, gracias a Dios no había nadie en la habitación, hemos pensado en vender nuestra casa”, dijo.

Evelyn Guillén, otra moradora, quien también asegura vivir con los nervios ‘de punta’ por los disturbios que ocurren en la cárcel porteña, pidió a las autoridades que tomen medidas que cesen los enfrentamientos.