Lo último que captó una cámara de seguridad en el sector del Beaterio, en Guamaní, en el sur de Quito, fueron las manos y el rostro de un hombre. Aparentemente, el sujeto se habría llevado el equipo de video y el acto quedó registrado en los últimos segundos de grabación.

Solo unos minutos antes del hurto de la cámara se ve al hombre, de camiseta roja a rayas y chompa negra, parado junto al poste de alumbrado público. Camina por el sitio durante unos segundos y empieza con su plan.

Abrazado al poste, empieza a trepar hasta llegar hasta la cámara. En ese tiempo, la cinta de seguridad graba sus brazos, sus piernas, incluso su rostro que trata de cubrir con la capucha de su saco. Aún así en la cinta queda bien captada su cara.

La imagen es bastante clara y fue compartida en chats del sector para alertar a los residentes sobre el hecho y tratar de identificar al sospechoso. El incidente también fue denunciado en la Policía y al momento, los agentes investigan el robo.

Pero más que la pérdida de la cámara, lo que preocupa a los moradores del Beaterio es el fin. “La cámara cuesta poco. No creo que la robó para venderla. Creo que el ladrón está preparando un golpe grande. En esa calle hay varios locales”, describe uno de los residentes que prefiere mantener su nombre en el anonimato.