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Los motociclistas encienden las alertas de seguridad
Escuchar el rugir de una moto es casi siempre sinónimo de intranquilidad. El susto no es en vano. Si no ha sido víctima directa, quizás a un familiar, un vecino o algún conocido lejano, fue atacado mientras caminaba por motociclistas.

Los robos suceden a cualquier hora, aprovechando cualquier momento de descuido.
Escuchar el rugir de una moto es casi siempre sinónimo de intranquilidad. El susto no es en vano. Si no ha sido víctima directa, quizás a un familiar, un vecino o algún conocido lejano, fue atacado mientras caminaba por motociclistas.
Los números de delitos cometidos por este tipo de motorizados sigue subiendo en Guayaquil.
La Autoridad Municipal de Tránsito (ATM) adelantó lo que harán: más vigilancia a los locales que las venden y luego, control en las calles: placas y documentos al día.
La misma preocupación convocó a la Fiscalía y Gobernación del Guayas, para analizar opciones para frenar en algo estos robos y casos de sicariato motorizados en toda la provincia. Aunque no se han dado detalles de la decisión, se analiza posible regulación al uso de motocicletas.