El fuego se extendía feroz e incontrolable, destruyendo todo. Justo cuando María Chóez se iba a descansar con sus hijos y su esposo, el infierno había iniciado en su domicilio.

Entonces empezó el drama. Lo primero, salvar a los niños. “Estábamos dentro de la casa cuando empezaron a gritar que había llamas. Logré tomar en brazos a mi hija de tres meses y salí corriendo”, recordó la mujer, que el lunes pasado buscaba entre los escombros qué rescatar y poder utilizar nuevamente, con la ayuda de otros familiares y amigos.

Su esposo reaccionó de inmediato. “Él estaba en el cuarto con las otras tres criaturas. El fuego avanzaba, pero él logró sacarlas de inmediato”, señaló María.

Sucedió en el callejón Ayacucho y la 22, oeste de Guayaquil, cerca de las 22:00 del domingo, cuando al parecer un vecino cocinaba con carbón algo en su domicilio, dijo Chóez, afectada del flagelo.

Ella relató que vivieron momentos de desesperación, ya que la abuela de su esposo, de 85 años, estaba en una casa que queda en la parte posterior de su vivienda. La mujer no podía salir y desde adentro pedía auxilio.

“Mi cuñado se metió a sacar a su abuelita, que en medio de las llamas pudo llegar hasta el patio. Pero allí le cayó a él una rama encendida que le quemó un hombro, porque puso su cuerpo para proteger a la señora, que resultó ilesa”, sostuvo la joven de 20 años.

Pero ellos no fueron los únicos afectados, ya que más de 30 personas habrían sido perjudicadas, de acuerdo con Ellén Alarcón, quien precisó que el fuego se extendió por cinco casas, todas de construcción mixta. “Se escucharon explosiones. Los vecinos dijeron que eran los tanques de gas de las casas”.

Una velita encendida casi provoca una tragedia

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Las secuelas del incendio se pudieron evidenciar en los escombros que la tarde del lunes continuaban en los exteriores de las casas afectadas, donde pernoctaron la mayoría de los afectados, entre estos Marielena Sánchez, de 85 años.

Pero la peor parte la habría llevado su hija Piedad Bedoya, quien sufrió una fractura en su brazo izquierdo al tratar de escapar del incendio.

Según ella, acudieron a una casa de salud pública ubicada en el suburbio, pero allí no habría sido atendida de manera correcta. “El doctor me dijo que tengo que operarme”, manifestó doña Piedad.

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