El pánico de Juan (nombre protegido) y de los moradores de la calle Antonio Sinchico, en San Pedro de Taboada, cantón Rumiñahui, al sur de Quito, muy difícilmente se esfumará. La saña con la que actuaron unos delincuentes para robar una camioneta es la que mantiene en zozobra a la gente.

Mucho más a Juan, quien luego de tres días del hecho contó a EXTRA que se salvó de morir de, al menos, cinco balazos. Era la noche del 9 de noviembre y él y su familia todavía no iban a descansar.

“Una hermana se dio cuenta de que algo pasaba afuera de nuestro terreno y vimos que se trataba de un robo”. Juan se percató de cuatro tipos dentro de un carro plomo, del que bajaron dos para amedrentar a su víctima, que iba en una camioneta.

En ese momento, él y su parienta gritaron para alertar a los vecinos. Uno de los rateros les disparó para que se callaran. “Nos tuvimos que lanzar al piso. Yo me cubrí con el pasamanos de las gradas”.

A ‘cana’

En el caso de la camioneta, la Policía de la zona actuó de inmediato y logró detener a dos implicados: el venezolano Luis Maita y el ecuatoriano Carlos Quiñónez, quienes ahora permanecen con prisión preventiva y fueron llevados a la cárcel de Cotopaxi.

Mario Vargas, jefe de Policía encargado del Distrito Rumiñahui-Mejía, indicó que estos tipos robaron, en Quitumbe, el carro en el que interceptaron a la dueña de la camioneta. El oficial indicó que el modus operandi de estos criminales era llevarse los autos y cambiarles las placas, para luego atracar en otros sectores.

“Las unidades de Inteligencia estaban tras la pista de estos individuos, quienes actuaban tanto en Quito como en los valles”, ratificó Vargas.

Los robos

Si bien ningún tiro lo afectó, aún siente terror. Es que, según el vecino, en San Pedro de Taboada están acechados por la criminalidad. “A nosotros nos han desmantelado, por dos ocasiones, nuestros vehículos. Estamos coordinando con una empresa para ubicar cámaras en el sector”, manifestó Juan.

A decir de Sandro Delgado, sargento de Policía que intervino en la detención de los dos criminales, en el Distrito Rumiñahui y Mejía se registran este tipo de robos unas tres veces por semana.

El oficial Vargas acotó que los delincuentes desmantelan los carros para así venderlos por partes.