Quito vive este viernes 25 de julio de 2025 una jornada inusual en la sede de la Fiscalía General del Estado. En menos de cinco horas, tres personajes con procesos judiciales relevantes llegaron a la entidad. Primero fue Daniel Salcedo, luego su hermano Noé, y finalmente Santiago Díaz Asque, asambleísta procesado por violación, quien también ingresó bajo una fuerte operación de seguridad.

Díaz Asque llegó vestido con una chaqueta azul, custodiado por dos agentes del Grupo Especial de Seguridad y Custodia del Sistema de Rehabilitación Social (GESSIC), quienes lo acompañaron durante todo su trayecto hasta el ingreso del edificio principal de la Fiscalía. 

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En la imagen captada por EXTRA se observa a Díaz portando una carpeta y una prenda en la mano, mientras camina escoltado. A su alrededor, la seguridad era estricta: chalecos antibalas, armas largas y vigilancia coordinada con personal de inteligencia. Un tercer funcionario, con chaleco táctico y celular en mano, documentaba su llegada.

Asambleísta Santiago Díaz es investigado por violación

El asambleísta llegó a esta diligencia apenas tres días después de haber sido trasladado a la Cárcel 4 de Quito, donde cumple prisión preventiva como parte del proceso penal que enfrenta por presunta violación a una niña de 12 años. La denuncia fue presentada el 8 de julio y generó un terremoto político: Díaz fue expulsado de Revolución Ciudadana y su caso motivó pronunciamientos desde el más alto nivel del partido.

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Durante la audiencia de formulación de cargos, celebrada el 22 de julio, la Fiscalía presentó más de 25 elementos de convicción, entre ellos peritajes ginecológicos, versiones de la víctima, su entorno familiar y personal del hospital que atendió a la menor. La jueza acogió el pedido de prisión preventiva por considerar que existe riesgo de fuga y de interferencia en la investigación.

Este viernes, su presencia en la Fiscalía coincidió con las comparecencias de los hermanos Salcedo, en una jornada marcada por versiones reservadas y gran atención mediática. Aunque las autoridades no han confirmado si Díaz fue citado a rendir versión dentro del mismo caso o por un proceso paralelo, la escena de su llegada habla por sí sola: un operativo de seguridad sincronizado, hermetismo institucional y la presencia de figuras clave en investigaciones de alto perfil.

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