Mientras José Adolfo Macías Villamar, alias Fito, enfrenta la justicia de Estados Unidos por narcotráfico, tráfico de armas y otros cargos, en Ecuador comienza a plantearse un escenario legal con más preguntas que certezas: ¿qué pasará con sus causas abiertas en el país si algún día regresa? La historia de El Rey Zamora podría ofrecer pistas.

Reynaldo Zamora Sandoya, conocido como El Rey Zamora, fue uno de los delincuentes más temidos de Ecuador en los años 80 y 90. Su nombre figuraba desde 1986 en la lista de los más buscados, con procesos por asalto a mano armada, robo de vehículos, homicidios de policías y atracos bancarios. 

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A pesar de este historial, logró evadir una larga condena. Cumplió una pena de 95 meses en Estados Unidos por un robo agravado de 1,35 millones de dólares y fue deportado a Ecuador en 2004. Para entonces, sus abogados ya habían movido fichas.

¿La estrategia del Rey Zamora?

Según explica un fiscal especializado —quien pidió reserva de identidad— mientras Zamora estuvo preso en EE. UU., sus defensores en Ecuador gestionaron sus causas judiciales. Cuando fue devuelto al país, la mayoría de sus procesos ya estaban prescritos o resueltos.

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No pasó mucho tiempo preso y logró circular libremente… hasta que fue detenido de nuevo en 2017 en un operativo contra bandas dedicadas al robo, el microtráfico y la tenencia ilegal de armas. Esta vez, se acogió a un procedimiento abreviado: aceptó cargos y recibió una pena de solo 18 meses.

¿Pueden prescribir las causas de alias Fito?

Ese caso ha encendido las alarmas de especialistas en Ecuador que observan el futuro de Fito. Según el abogado penalista Kléber Riofrío, hay varios factores que podrían operar en su beneficio. Por un lado, muchos de los delitos que se le imputan en Ecuador no pueden ser juzgados en ausencia —como la evasión o asociación ilícita—, por lo que los procesos quedan suspendidos hasta que él regrese. Por otro, el paso del tiempo juega un rol clave: si los años avanzan sin que haya sentencia firme, los procesos pueden prescribir.

“Si la condena es de 35 años, la prescripción total toma ese tiempo más la mitad: 52 años y medio, pero eso se aplica si nunca fue detenido. Si en algún momento cae, el reloj se reinicia”, explica Riofrío.

El fiscal consultado, por su parte, confirma que los casos en contra de Macías siguen en curso, pero reconoce que si el tiempo corre sin resoluciones firmes —y si su defensa actúa de forma estratégica desde Ecuador—, existe la posibilidad de que varias causas prescriban. Todo dependerá de los tiempos judiciales y de cuántos procesos aún estén vigentes.

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