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¡Buscan tener sexo en cuatro ruedas!
Las calles por las noches pueden convertirse en un night club al aire libre.
Las conductas sexuales del ser humano suelen ser variadas. Al filo de la medianoche guayaquileña, en la intersección de José Mascote y Luque, la cámara de este diario captó una singular modalidad de tener sexo ‘en movimiento’.
Una pequeña camioneta roja de bajo cilindraje rondaba lentamente las esquinas del placer, que bordean la piscina olímpica de Guayaquil. Dos varones iban en la cabina.
Minutos después, y cuando parece que se han retirado del sector pegando solo una ‘ojeada’ a las trans que buscan clientes, reaparece la camioneta en escena. Sus tenues luces rompen las penumbras de la noche.
De pronto, el conductor de la nave frena bruscamente; el escaso tráfico nocturno facilita la temeraria acción. Las latas vetustas del automotor se estremecen.
La escultural figura de una trans los detuvo de inmediato. Ante una señal que proviene de la cabina, ella se acerca al vehículo. Como si fuera algo automático, la portezuela del balde se abre dejando ver que en el interior, bajo la caseta, va un sujeto con el torso desnudo.
Parecía alistarse para que algo ocurriera, mientras sus dos amigos negociaban. La conversación con la trans fue breve, pero de pronto metió su cabeza en la cabina. Luego se escucharon risas y, al final, ella modeló su cuerpo y terminó en un striptease callejero y sin tubo.
El pasajero de la camioneta tocaba las partes que la trans dejaba al desnudo. Luego, al parecer, no hubo el enganche esperado por diferencia de precios y la escena, propia de un night club, concluía. Una vez más, la pequeña camioneta, que parecía tener colchonetas en su balde donde el tercer ocupante viajaba, se perdía del sitio. Cuadras más adelante Carla y Susi, dos trans que habían visto el espectáculo, relataron que ellas estuvieron en ese automotor.
Según Carla y su amiga, nunca más se subirán con estos hombres, debido a que no pagan lo acordado. Recordó que hace unas semanas fue parte de un tour sexual en el balde de la camioneta, mientras explicaba cómo ocurría esta singular aventura. Carla recuerda que mientras uno maneja, los otros dos se divierten sobre las colchonetas que van en el balde. Susi, más desconfiada, no habla abiertamente sobre los ‘choferes del sexo’. Solo dice que “ni loca vuelvo a estar con estos, pues los tengo fichados”.
Señalaron que dos de estos señores eran mecánicos y que cuando se pegan sus tragos salen a buscar chicas. Comentó que todo ocurre mientras avanzan por las calles de la ciudad y que solo se detienen para hacer el cambio de conductor. La cabina es cerrada y el carro no lleva placa.
La psicóloga Josefina Tapia indica que las conductas sexuales del ser humano se determinan por los anhelos y sueños, que no son más que fantasías. Y en este caso, tres hombres salen a tener una aventura encerrados en la cabina de un carro.
Tratan de desafiar las reglas de tránsito al circular sin placa en un horario en que el tráfico y la vigilancia son escasos. No lo ve como algo enfermizo, pues todo apunta a que buscan una simple aventura de vida para combinar la adrenalina con su libido sexual.
La comandancia del Distrito Nueve de Octubre, liderada por el coronel Édisson Valencia, ha presentado varios proyectos al Municipio de Guayaquil para rescatar estas zonas que han sido tomadas por personas que buscan ejercer la prostitución. El comandante señaló a EXTRA que ya se iluminaron estas avenidas y que el apoyo municipal apunta a convertir estos sectores en sitios culturales.