El calculado asesinato en Quito del candidato presidencial del Movimiento Construye, Fernando Villavicencio, marca un antes y un después de la historia política y social de Ecuador. La noticia de su homicidio, a 11 días de las elecciones que se celebrarán el próximo 20 de agosto, le dio la vuelta al mundo y puso la actual situación del país en boca de expertos internacionales.

De hecho, hay quienes ya comparan la muerte del exasambleísta con el magnicidio del entonces candidato presidencial de Colombia, Carlos Fernando Galán, ocurrido el 18 de agosto de 1998. Ambos episodios ocurrieron en medio de un mitin político, en épocas en que el narcotráfico ganaba terreno a fuerza de violencia e impactaron profundamente la tranquilidad de los ciudadanos.

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Para Hugo Acero, experto en seguridad colombiano, en su país -desafortunadamente- tuvo que ocurrir el asesinato de Galán para que el Estado y el país en general empezaran a dimensionar la gravedad de que el narcotráfico hubiera permeado la sociedad y la economía. Fue, a partir de allí, que se tomaron decisiones de fondo, una de ellas la activación de la extradición a los Estados Unidos.

Pero, ¿hay similitudes entre lo que pasó entonces en ese país y lo que está ocurriendo en Ecuador? 

“Uno puede identificar cosas más o menos similares. Uno es el tema del narcotráfico. Eso que le sucedió a Ecuador es algo que en Colombia también nos sucedió. Había diálogos de políticos diciendo ‘es que están exportando droga a Estados Unidos y eso se está consumiendo allá, pero acá no tenemos problemas’. En los 80 la gente disfrutaba de la rumba, la fiesta y los festines que daban los narcos y había políticos metidos: Pablo Escobar en el Congreso, Leder visto como un héroe”, señaló Acero.

De acuerdo con el experto -quien ha tenido una cercana relación con la actualidad ecuatoriana-, hace algunos años en Ecuador había quienes calificaban la droga como algo pasajero, como un fenómeno que usaba al país como un simple corredor. “Decían: ‘la droga está es de paso, no nos preocupemos’. Es lo mismo que le ocurrió a México, que decían que la droga se iba para Estados Unidos y Europa y que ahí no iba a pasar nada”, añadió.

Otro de los aspectos que menciona Acero tiene que ver con la vinculación entre políticos y narcotraficantes. En su opinión experta, algo así estaría ocurriendo en el país, tal y como sucedió en el suyo. En Colombia fueron famosos los vínculos entre legisladores, gobernadores y alcaldes con grupos armados financiados por la cocaína, en capítulos conocidos como la ‘parapolítica’ y la ‘farcpolítica’.

No obstante, para Néstor Rosanía, director del Centro de Estudios de Seguridad y Paz de Colombia, entre la situación de Ecuador y la Colombia de los 90 hay más diferencias que similitudes. Lo plantea al explicar que en esa década el país cafetero tenía carteles muy identificados, con estructuras jerárquicas, élites y capos muy visibles.

“En Ecuador eso no existe, existen estructuras de crimen organizado un poco más parecidas a la multiplicidad de carteles que hay en México”, apuntó Rosanía. El experto agregó que en los años 90, en Colombia no solo ocurría un fenómeno de narcotráfico, sino que al tiempo el país enfrentaba un conflicto multicausal generado por guerrillas marxistas-lenilistas y grupos paramilitares de extrema derecha que tenían como propósito la toma del poder.

“¿En qué se puede parecer? En que son estructuras armadas que atacan a la clase política, en eso se pueden parecer, pero aquí, haciendo la diferencia, era que los carteles colombianos tenían como objetivo la no extradición. En Ecuador no tienen ese objetivo, pero tampoco la toma del poder por las armas; yo le veo más diferencias que similitudes”, precisó Rosanía.

De hecho, para el experto la situación ecuatoriana se parece más a la mexicana que a la colombiana. “Obviamente, con el asesinato del candidato Villavicencio, todo el mundo empezó a hablar que así pasó en Colombia con los homicidios de los candidatos Jaime pardo Leal, Bernardo Jarmillo, hasta los de Carlos Pizarro y Carlos Galán, pero esos crímenes no fueron por un solo grupo y por una misma motivación”, dijo.

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Y concluyó: “Ecuador está intentando descifrar qué es lo que quieren los narcotraficantes, porque no están en busca de la no extradición, sino en un busca de más poder al estilo de los carteles mexicanos como Jalisco Nueva Generación y Sinaloa, que es crecer. Y con los asesinatos de figuras políticas están haciendo como una con la línea con la política, como diciendo ‘no se metan con nosotros’”.

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