Una conversación extraída del teléfono celular de un marino procesado por corrupción reveló una serie de intercambios con una persona privada de libertad (PPL) identificada como alias Coco, quien se encuentra recluido en el Centro de Rehabilitación Social Regional Guayas, conocido como la Penitenciaría del Litoral.

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En los chats se evidencian coordinaciones directas para el desarrollo de actividades ilícitas dentro del centro carcelario, como el ingreso de objetos prohibidos, la organización de entregas clandestinas, presuntamente relacionadas con el ingreso de alimentos, dinero en efectivo u otros artículos, así como la manutención del control en ciertos pabellones.

El precio del chaulafán en la Penitenciaría

Uno de los aspectos más llamativos de la conversación es el comercio de alimentos dentro del recinto penitenciario. En los mensajes, alias Coco menciona la venta de chaulafanes a 50 dólares la unidad, junto con tres bebidas gaseosas por un valor adicional de 10 dólares. Estas transacciones habrían sido gestionadas por el marino desde el exterior, en aparente coordinación con internos.

En otro fragmento del intercambio, el PPL solicita además que el uniformado colabore con el ingreso de “víveres” y otros insumos cuya naturaleza podría estar vinculada a actividades ilícitas.

Estas revelaciones se suman a otro hecho ocurrido el sábado 19 de julio, cuando el miembro activo de las Fuerzas Armadas fue sorprendido mientras intentaba ingresar dos teléfonos celulares al Centro de Privación de Libertad Zonal 8, conocido como La Regional, ubicado en la vía Guayaquil–Daule. Este incidente, que también está bajo investigación, refuerza las alertas sobre el involucramiento de miembros de las fuerzas del orden en redes de corrupción carcelaria.

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