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¡9 días con una bala!
El colombiano Hernando Morales recibió el viernes la autorización. Aún teme perder su pierna.

El perjudicado mostró que en su pierna derecha, alrededor de la bala, había hinchazón.
A sus 37 años, Hernando Morales Garzón pasó la peor desgracia que ha tenido en su vida: recibir un disparo en la pierna derecha. Con un agravante: ¡Ayer, nueve días después del suceso, aún caminaba con el proyectil incrustado!
El dolor no lo dejaba dar pasos firmes. Como pudo fue a la Fiscalía en el puerto principal, subió las escaleras y tramitó la anhelada autorización que necesitaba para que en un hospital le extrajeran la bala.
La víctima es oriunda de Bucaramanga, Santander, noroeste de Colombia. Afirmó que no tiene familiares en Ecuador. “Apenas llevo un mes con seis días acá. Estoy en la casa de un amigo que me da posada”, relató el afectado.
La historia
Ese jueves llegó hacia las 19:30 a donde Hernando escuchó tres tiros y corrió al igual que las demás personas para buscar refugio.
“No sabía que estaba herido, adentro de la casa me di cuenta de la sangre. No sé quiénes dispararon, solo alcancé a ver unos muchachos en una esquina”, recordó Morales Garzón.
El percance se suscitó en el sector Las Cañas, de la cooperativa Nueva Prosperina, del norte de Guayaquil.
Mientras caminaba, Hernando era visto por quienes también llegaban a la dependencia judicial a realizar trámites. Las personas comentaban no creer que estuviera bien con una bala. “Cuando recién me pasó esto fui al hospital. Me atendieron, me sacaron radiografía y me enviaron antibióticos, pero en el transcurso de la semana me doy cuenta que no reflejaba mejoras. Fui a un médico particular y me recomendó hacer lo necesario para que me saquen la bala, porque puedo hasta perder la pierna. Y no quiero que eso me pase, quiero trabajar para mi familia. En mi país dejé a mis hijos y a mi esposa”, relató.
Y la mañana de ayer, Hernando Morales recibió la anhelada orden que necesitaba para que en un hospital procedan con su intervención. “Espero recuperarme pronto”, mencionó entre sollozos, mientras agarraba sus documentos para dirigirse hacia un hospital.
Vendedor
Hernando Morales contó que se dedica a la venta de boletos para conciertos junto a un amigo que le brinda posada.