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Al son de ‘Pillo Buena Gente’ enterraron al Negro Jessy
La caravana fúnebre llegó al camposanto desde las calles 29 y la F, a una cuadra del lugar. Los asistentes fácilmente superaban las 100 personas.

Antes de ingresarlo en el hueco, los familiares destaparon una de las tapas de la caja para asegurarle de que los pies de Jessy quedaran apuntado hacia la salida del nicho.
Eran las 16:30 de este viernes 10 de mayo de 2019 y el exterior de la puerta principal del cementerio Ángel María Canals, en el suburbio porteño, estaba copado. Un grupo de motociclistas aceleraban sus vehículos mientras eran observados cuidadosamente por policías.
Otro grupo de personas a pie hicieron un círculo alrededor de un féretro cargado por ocho personas mientras sonaba desde un carro la salsa de Andy Montañez, ‘Pillo buena gente’.
La custodia policial dejó claro que el sepelio era de alta peligrosidad y no se trataba de cualquier muerto. Era Darwin Eddy Corozo Camacho, conocido como el Negro Jessy, quien falleció el pasado martes tras recibir 31 puñaladas en el Centro de Rehabilitación Social de Cotopaxi por otros dos internos.
Allí fue traslado el 3 de abril. Antes estaba recluido en el Puerto Principal. Él cumplía una pena privativa de 40 meses por el delito de delincuencia organizada.
Media hora antes del arribo de la caravana fúnebre, fuera del camposanto llegaron varios patrulleros policiales. Un comerciante de la zona se inquietó por la presencia de los uniformados. “Ojalá que esto no acabe en balacera”, dijo.
Fue evidente cuando el ataúd estaba cerca del cementerio. Se escucharon las sirenas de las patrullas y entre ellas circulaban en sus motos los ‘panas’ de Jessy. También había gente a pie y algunos de ellos vestían camisetas negras con una misma leyenda: “Te recordaremos como nuestro guerrero”.
La caravana fúnebre llegó al camposanto desde las calles 29 y la F, a una cuadra del lugar. Los asistentes fácilmente superaban las 100 personas.
Los policías impidieron el ingreso de unos cuantos conocidos del difunto, quienes pretendían entrar en las motos. La situación fue controlada sin mayores inconvenientes y las personas dejaron fuera las motocicletas.
Una vez dentro, no se hicieron esperar los llantos por doquier por el occiso, incluso con bebidas alcohólicas en mano. Seguían sonando canciones hasta que a las 16:45, el ataúd empezó a ser subido al nicho 4921.
Pero antes de ingresarlo en el hueco, los familiares destaparon una de las tapas de la caja para asegurarle de que los pies de Jessy quedaran apuntado hacia la salida del nicho.
Esta mañana, Jessy fue velado en la vivienda de su madre, ubicada en la 19 y la S. Su progenitora insistió a las autoridades que investiguen quién ordenó la muerte de su hijo y quién permitió que fuera trasladado a la cárcel de Latacunga.
“Ahora solo me quedan dos hijos, un varón y una mujer”, decía la señora. En 2006, una hermana del Negro Jessy fue asesinada, lo mismo ocurrió con dos ñaños en 2011.
El fallecido tenía varios antecedentes penales. En el 2000 fue investigado por robo; en 2002 fue procesado junto a dos sujetos por delito contra la vida; en 2011 fue procesado por robo agravado; y en 2017 fue detenido y sentenciado por delincuencia organizada.