Las víctimas de una banda de asaltantes que operaba en el norte de la ciudad -que se trasladaban en un vehículo de color celeste y de placa GSE-6959-, habían puesto en aviso a la Policía acerca de los atracos que habían sufrido a manos de ellos en los últimos días.

En un patrullaje de rutina la noche de miércoles 8 de febrero, por el sector norte, 2 gendarmes se percataron de un auto con las características citadas y al solicitarle al conductor que detuviera la marcha del vehículo, él habría acelerado con la intención de huir.

Luego de una persecución de varios minutos y con la colaboración de uniformados del sector del parque Centenario, las 3 personas que se movilizaban en el carro fueron detenidas en la intersección de las calles Noguchi y Francisco Campos, en el centro de la urbe.

Según el coronel Jorge Hadathy, los sospechosos en su intento por evadir a la Policía, “empezaron a meterse en contravía y a pasarse semáforos en rojo”, indicó.

En el camino, mientras los agentes les daban alcance, los prófugos lanzaban por las ventanas del auto, toda cuanta evidencia podían, esto con el fin de que en su poder no hubiera nada que pudiera incriminarlos.

Mientras varios motorizados y autos les pisaban los talones, otro grupo de policías recogía en el camino todo lo que este trío tiraba a la calle. Hadathy señaló que entre los objetos recolectados, fue hallada un arma Smith & Wesson de calibre 22; también billeteras y celulares.

Los detenidos aseguraron no ser ellos a quienes la Ley buscaba y que los oficiales se habían equivocado de personas; sin embargo, uno de los afectados, quien llegó a la Unidad de Flagrancia de la Fiscalía para presentar la denuncia respectiva, reconoció plenamente a uno de ellos.

Edgar Escobar, fiscal de turno, refirió que de ser encontrados culpables, estas personas “podrían enfrentarse una pena de hasta 7 años”.