“Lo intenté hasta donde más pude”, es el último tuit de Daniela, cuyo nombre se hizo tendencia en Twitter el fin de semana.

Los internautas preguntaban quién era Daniela. Unos la defendían y otros reclamaban por algunos de sus comportamientos. Una carta dirigida a ella, publicada por un allegado, confirmó que la mujer se había quitado la vida.

Tenía dos hijos, estaba en el mundo del marketing, tenía opiniones polémicas. Mostraba sus avances con el ejercicio y también sus bajones emocionales.

David Landázuri, psicólogo clínico, explica a EXTRA que en los adultos las señales de que alguien quiera quitarse la vida no tienen muestras claras como en los adolescentes, por ejemplo. El uso de las redes sociales contribuye a esto, pues el experto las define como un espacio de proyección de lo que los seres humanos queremos. “Damos una ilusión, es una vida de fantasía que terminamos creyendo”, comentó.

El uso de las redes

“A veces no sabemos las guerras internas, lo difícil que es conectar la mente y el alma”, responden al tuit de Daniela.

El experto indica que precisamente es lo que pasa con las personas: ya no tienen conexión emocional y las palabras que reciban no tendrían ya mucho sentido. Pero no solo ha habido de esas respuestas, también hubo quienes la acusaron, luego de su muerte, de polémica y de hacer bullying a otros. “La gente no se da cuenta del daño que pueden hacer en redes”, añade el psicólogo.

El anonimato ha hecho que la libertad de expresión sea un arma para dañar a los otros, según el experto.

Los que quedan

Los familiares han pedido privacidad para el difícil momento que atraviesan, aunque el hecho ya es de dominio público.

Muchos han acusado a los allegados de no haber visto las señales, de no cuidarla, pero según Landázuri, allí no hay ninguna responsabilidad. “Lo único que puede hacer el círculo cercano en esos casos es ayudar a abrir espacios de terapia”, aclara.

Si bien recomienda no minimizar el sentir de los demás, también explica que lo único que puede ayudar a una persona con depresión es la ayuda profesional. Por ello, también recomendó que ahora los familiares tengan acompañamiento psicológico para lidiar con el duelo y la culpa que no deberían sentir.