A Edellis Lizardo nadie lo ha ido a retirar de la morgue desde que fuera apuñalado en una unidad de la Ecovía, en el norte de Quito. Pero su supuesto agresor, Alexander Villarreal, ya cumple prisión preventiva mientras continúa la instrucción fiscal.

El caso ha sido confuso, pues la primera hipótesis del crimen, ocurrido la mañana del lunes, fue que Alexander, un guardia de seguridad certificado, habría apuñalado a la víctima por robarle un celular. Sin embargo, la mañana de ayer, la Empresa de Pasajeros informó que los indicios darían cuenta de que se trató de un ajuste de cuentas.

SOLO SE ‘OLVIDÓ’

En la audiencia de calificación de flagrancia el implicado dijo, según informó la Fiscalía, que él se trasladaba de su trabajo, ubicado en el sur de la ciudad, y que lo estaban siguiendo. Después agregó que no sabe lo que sucedió porque no recuerda nada.

Esto se contrapone a la versión de los testigos que relataron cómo vieron al procesado cuando apuñalaba a la víctima. “Se desplomó entre las puertas del articulado y la parada de la Ecovía”, según el escrito.

Villarreal habría tratado de escapar, por lo que se quitó la chompa y botó el cuchillo, pero la gente logró detenerlo. Esos objetos fueron llevados bajo custodia como pruebas. Finalmente, la mañana de ayer se le negaron las medidas sustitutivas, puesto que será juzgado por asesinato. Villarroel no registra otros antecedentes penales.

 Mauricio Cerón, coordinador de Seguridad de la Empresa de Pasajeros, dijo que él tiene información extraoficial que le hizo concluir que se trataba de un ajuste de cuentas, pero eso no está comprobado.