Francisco Caiza se bajó herido de su taxi, tomó su celular y mandó un mensaje de voz a sus compañeros del volante. “¡Ayúdenme que me chocaron. Mi carrito se hizo pedazos!”, clamaba en el audio que convocó, la mañana de ayer, a sus allegados hasta el paso a desnivel de la avenida América y Naciones Unidas, norte de Quito.

En ese punto, el auto amarillo de Caiza fue impactado por otro carro que iba en sentido contrario, pero que perdió pista e invadió el carril. El taxista y los dos pasajeros que llevaba sobrevivieron, aunque en el segundo vehículo no todo fue así.

Allí murió una mujer, quien quedó dentro del automotor. Los rescatistas informaron que en total hubo cinco personas heridas.

El drama

Luego del suceso, parientes de Caiza llegaron para saber sobre su situación. “Después del turno, el compañero dijo que se iría con su familia a comer algo”, contó Ángel Guacho cerca del lugar donde quedaron los autos destrozados.

El herido es oriundo de Riobamba y desde aproximadamente 20 años se ha dedicado al taxismo en la capital, contaron quienes lo conocían.

Entretanto, los allegados de la fallecida se ubicaban alrededor de la escena para ver la investigación y al cadáver que estaba en el asiento del copiloto. Solamente se podía mirar la mano de la víctima colgada y rozando el suelo.

Los familiares no quisieron referirse al respecto. Solamente contaron que se trataba de una mujer de nacionalidad venezolana que viajaba, al parecer, junto a otros compatriotas.

Mientras que la noche del 31 de diciembre los miembros del ECU-911 recibieron la alerta de un accidente ocurrido en la antigua vía a El Quinche, norte de Quito.

Los bomberos que acudieron explicaron que un jeep verde había perdido pista y se chocó a un costado de la vía.

Cuando fueron al sitio, los socorristas no hallaron al conductor, pero sí estaban dos cadáveres.

Los cuerpos quedaron en el asiento trasero y fueron identificados como Joaquín Chugchilán, de 21 años, y Wilmer Pineda, de 32.