En medio de la preocupación por la golpiza que le dieron a su hijo, el jornalero Rafael Solórzano acudió a la morgue de Quevedo para ayudar en los trámites funerales del ‘pana’ de su vástago, a quien le dispararon por la espalda.

Los ‘pelados’ departían, aproximadamente a la una de la madrugada, con pocas personas en una vivienda. Repentinamente, arribaron unos tipos en moto, que les gritaron, acusándolos de un delito. Sin darles tiempo a nada, uno de los sujetos le disparó a Cumbia, según lo que conoce el jornalero.

El disparo ingresó por la espalda del adolescente. Su amigo trató de defenderlo, encarando a los desconocidos, pero estos le cayeron a golpes. También agredieron a la chica que andaba con ellos y resultó con una herida en una de sus manos al tratar de auxiliarlos.

Los agresores se marcharon, dejando confusión, temor y consternación.

El ataque a Cumbia, quien soñaba con ser militar, causó conmoción en los habitantes del recinto, quienes mostraron su solidaridad e hicieron una colecta para ayudar a la familia de la víctima que es de escasos recursos económicos.

Solórzano teme por la integridad de su hijo a quien dejaron golpeado. Cree que la agresión a los amigos se dio por una equivocación, que habrían confundido a la víctima con otro adolescente.

Los parientes del asesinado esperan que se haga justicia y planeaban presentar la denuncia del asesinato, mientras lamentaban cómo sobrellevar la situación, especialmente por los padres, uno con discapacidad y la señora enferma. (DV)