Toque de queda y la militarización de Quito y los valles, ese fue el anuncio del presidente Lenín Moreno la tarde de ayer. A las 15:00 comenzó a regir la medida.

Previamente en la ciudad se registraron protestas en varias zonas, sobre todo en los alrededores del parque El Arbolito, centro - norte de la urbe, que se ha convertido en el epicentro de las manifestaciones.

Cargaban ramas de eucalipto y madera para encenderlas y con el humo tratar de recuperarse de las bombas lacrimógenas. También incineraban llantas y ponían piedras en las calles para crear barricadas. Eran indígenas y manifestantes en el décimo día del llamado paro nacional.

Banderas de Ecuador, pañuelos, mascarillas, palos y carteles con consignas en contra del gobierno de Lenín Moreno y de las medidas económicas, anunciadas por este, eran parte del ambiente.

En las calles aledañas, manifestantes utilizaban martillos para sacar las piedras de las calles y seguir creando obstáculos. Nadie podía pasar.

Quienes habían pasado la noche y madrugada en el parque y dentro del Ágora de la Casa de la Cultura Ecuatoriana habían tenido una velada tensa, no pudieron dormir del todo. Cuando intentaron descansar escucharon una fuerte detonación, comentó Segundo Parco.

“Fue tremendo y nos hizo sentir un dolor grande, esto es una traición”, comentó con indignación el hombre, quien vio como mujeres y niños se despertaron por el estallido.

El Ministerio de Gobierno confirmó que la detonación se produjo por la explosión de lo que sería un cilindro de gas, ocurrió a la 01:00 del sábado en las cercanías a la Asamblea Nacional.

Durante la mañana el panorama seguía siendo el de la protesta, al mediodía un grupo de “encapuchados” ingresó a la Contraloría General del Estado, sobre la avenida Tarqui, prendió fuego y destruyó lo que encontraban, según reportes se produjo un incendio en las oficinas. Hasta el cierre de esta edición, los Bomberos no podían acceder al lugar, pero se había activado el sistema contra incendios interno, informaron los del Cuerpo de Bomberos.

Mientras que María Paula Romo, ministra de Gobierno, expresó, en su cuenta de Twitter, que la Policía logró capturar a 30 personas que se habían apostado en la terraza del edificio.

El movimiento indígena aseguró que quienes ingresaron a la edificación no tienen que ver con su agrupación. Leonidas Iza, líder indígena de Cotopaxi, deslindó de responsabilidad a miembros del movimiento.

A la par se realizaba una marcha comandaba por mujeres, salió desde la 12 de Octubre, a un costado del Ágora, con dirección a la Naciones Unidas. Su consigna era pedir que cese la violencia, la derogación del decreto 883 (que eliminó el subsidio a los combustibles), entre otros.

Con pañuelos y banderas comenzaron su caminata, se escuchaban frases en alusión a Tránsito Amaguaña y Dolores Cacuango. Frente a la Comandancia de Policía, sobre la avenida Amazonas, recordaron a quienes han perdido la vida durante estos días.

INTRANQUILIDAD EN EL NORTE

Durante los primeros nueve días de paralización, el norte de Quito había permanecido tranquilo y sin mucho movimiento. Sin embargo, el sábado todo cambió. Manifestantes se tomaron algunas calles y agredieron a las personas que intentaban circular. “Todos empezaron a cerrar sus negocios y a decir que abajo están en bullas y que entren a las casas”, describió Juan Baldeón.

Carlos Alomoto sufrió un atentado a su vehículo, en el sector de Miraflores. El hombre se dirigía hacia las instalaciones de una radio cuando vándalos se acercaron a su auto y rompieron el parabrisas trasero. “Lo más triste es que si no lograba salir del lugar iban a atentar contra mi vida”, aseguró.

FRASE

“Vengo de Chimborazo y estoy aquí, en Quito, desde el lunes, unidos con los indígenas”.

Segundo Parco, manifestante indígena

Reacción

Fiscalía ante hechos violentos

La Fiscalía General del Estado emitió un comunicado en el que aseguró que ante los actos violentos registrados en los últimos días actuarán según el artículo 366 del Código Orgánico Integral Penal, que establece que terrorismo es “la persona que individualmente o formando asociaciones armadas, provoque o mantenga en estado de terror a la población o a un sector de ella, mediante actos que pongan en peligro la vida, la integridad física o la libertad de las personas o pongan en peligro las edificaciones, medios de comunicación, transporte, valiéndose de medios capaces de causar estragos, será sancionada con pena privativa de diez a trece años”.