Al son de ‘Lindo rincón de mi patria, tierrita linda donde nací’ empezó el recorrido de la Mama Negra, fiesta mayor de los latacungueños.

Alrededor de 500 mil personas se apostaron a lo largo de los cuatro kilómetros de recorrido.

Las camisolas fueron las primeras en aparecer delante de los espectadores. Ellas con su baile le ponían ánimo a la celebración.

Así una a una desfilaban las comparsas. El Ángel de la Estrella, uno de los personajes principales, fue el primero en hacer su aparición y se llevó los aplausos de todas las personas quienes con una gran reverencia gritaban ‘viva Latacunga’.

El toque especial lo pusieron los loeros –personas que acompañan a los personajes principales y alegran la fiesta- quienes con divertidas coplas invitaban a la gente a disfrutar del desfile.

“Es la primera vez que vengo y no puedo decir más que está es una fiesta muy encantadora”, dijo Gloria Mantilla, mientras un loero le dedicaba una de sus rimas.

La fiesta seguía y llegó el turno del Rey Moro quien con un espectacular traje y un singular paso sobre su caballo blanco levantó el ánimo de la comunidad.

Lo acompañaban bandas de músicos que mostraban el folclor Nacional.

Lo siguió el abanderado, que con paso galante mostraba lo que es vivir a intensidad está fiesta. La gente empezó a abrir paso, se trataba de la llegada del amante de la Mama Negra, el Capitán quien erguido, gallardo y galante apareció en escena.

Los gritos de algarabía inundaron el ambiente cuando la Mama Negra empezó su paso.

Giovanni Gutiérrez de 25 años no podía esconder su emoción y comentó que el realismo mágico de esta fiesta es una verdadera muestra de lo que es ser latacungueño y ecuatoriano.