Una turba de trabajadores del Mercado Mayorista, ubicado en el sur de Quito, retuvo al sospechoso del robo de un triciclo. Eran las 04:30 del jueves 23 de julio, cuando la gente se percató de que un extraño pedaleaba el vehículo perteneciente a un miembro de la Microempresa Asociativa Atahualpa.

Era solo un chico de 16 años, quien rodaba por la entrada principal del mercado. De pronto, unos estibadores lo interceptaron y, como no lo conocían, dedujeron que se trataba un ladrón. Y no se equivocaban.

Durante la pandemia de COVID 19, 30 triciclos fueron robados en el sitio, según Ernesto Mena, presidente de esa asociación.

Un escarmiento

El sospechoso fue retenido y luego amarrado. Mena explica que no querían lincharlo, sino darle un escarmiento. “Íbamos a hacerle caminar para que la gente lo viera y lo reconociera. Estamos hartos de tanto robo”, explicó.

La Policía fue alertada a través del ECU-911. “Un sargento llegó primero en una camioneta y después un grupo en motocicletas", contó el teniente Diego Oviedo.

Los perjudicados informaron del intento de robo. Todos empezaron a mediar para solucionar el problema. En medio de ese alboroto habían guardias de seguridad colaborando con los gendarmes.

Según Oviedo, los celadores botaron gas pimienta al populacho que, al parecer, no se calmaba. Allí fue cuando se armó la bronca. “Nos lanzaron piedras. Rompieron el parabrisas del patrullero y dañaron una moto”, cuenta un agente policial.

Unos policías fueron golpeados. También el sospechoso del robo del triciclo. Pero lograron salir del mercado y fueron directo a un centro médico para que los atendieran. Oviedo detalla que no tuvieron heridas de gravedad.

Una fuerte inversión

En el Mercado Mayorista trabajan tres asociaciones de tricicleros y una de estibadores. El dirigente Mena dice que los vehículos a pedal son su única herramienta de trabajo. Y los costos no son insignificantes.

Cada socio paga 450 dólares por triciclo. Solo en la asociación Atahualpa laboran 110 personas, por lo que la inversión completa bordea los 50.000 dólares.

“Tenemos que mandarlos a hacer en Riobamba (Chimborazo) o a Quevedo (Los Ríos)”. Además, deben comprar la grasa para las cadenas, la madera para el cajón.

Pero afuera, en el mercado negro, el triciclo robado puede costar hasta 120 dólares, según Mena.