Los deportes de aventura despiertan emociones: mucha adrenalina para quienes lo disfrutan o vértigo al borde del vómito para los que prefieren mirar de lejos. Aun así, siempre pueden ser una tentación para el que pasa y antes de iniciarse en ellos, hay que revisar el manual de seguridad para ejecutarlos. ¡No son tan fáciles como parecen!

Para los aficionados a lo extremo y los que se quieran seguir sumando en su práctica, siempre es necesario saber tres cosas: condiciones climáticas del lugar a visitar, las condiciones físicas de cada persona y si el operador contratado está regularizado. Todos los detalles suman.

Esas nociones básicas son muy necesarias cuando se quiere salir en busca de aventuras. ¿Por qué? Siempre por prevención. Por ejemplo, uno de los últimos casos conocidos que empezaron en deporte y terminaron en desgracia, fue el del policía Víctor Salazar, quien murió en junio de 2017 cuando hacía puenting en Baños.

Sí, esos típicos descensos que vale la pena fotografiar, grabar, alentar. Víctor quiso hacer eso y balancearse en caída libre 90 metros de altura. No lo logró. Incluso, este deporte no está considerado en el Reglamento de Operación Turística de Aventura emitido en 2014. En ese documento solo hay 19 modalidades para practicar en aire, tierra y agua.

Sin embargo, Gabriela Suárez, directora de Bienestar Turístico del Ministerio de Turismo, precisa que el puenting está cerca de incorporarse como una actividad reconocida en el nuevo reglamento que está en “etapa de socialización y retroalimentación”. ¡Una buena noticia para los intrépidos!

Así que como paso uno para andar seguro conocer este reglamento es vital para los amantes de las aventuras versión deporte. Ahí se encuentran por cada una de las modalidades, el equipo para realizarlo y el nivel de riesgo que implica. ¡Mucho ojo con el peligro!

Las otras recomendaciones que todo buen viajero debe conocer están en la Guía Ecuador Destino Turístico, en sus versiones inglés y español. Aparte de todo lo indicado en ese folleto, Suárez comparte estos truquitos a no olvidar para turistear tranquilo.

- Consciencia. Saber qué tan preparado estoy yo como turista para hacer una actividad.

- Sinceridad. Se debe firmar una hoja de descargo de responsabilidad donde se presenta los requerimientos mínimos que cada persona necesita.

- No exigir riesgo. El riesgo no es parte de los servicios que te debe ofrecer el operador por más regular que sea.

- Preferir lo regularizado. Antes que fijarse en el costo es recomendable buscar los dos permisos al día que una agencia debe portar: Registro del establecimiento y licencia única anual de funcionamiento.

- La condición climática importa. “Si yo quiero hacer rafting en la Amazonía, yo debo conocer la condición en que se encuentra el río. Si es que hubo lluvias previas probablemente esté con mayor afluencia y su caudal aumente”, explica Suárez.

- Adiós a la imprudencia. En actividades grupales, una mala actuación tuya pone en riesgo la seguridad de los demás compañeros del grupo.

- Responsabilidad. Cada pasajero debe conocer de sus limitaciones y habilidades físicas y hasta dónde puede llegar en cantidad y dificultad de deporte.

- Protección básica. Hidrtación permanente, gafas y protección solar.

- Nunca subestimar el uso del equipo correcto. De acuerdo con Gabriela Suárez se ha presentado “casos de pasajeros en emergencia en el teleférico con hipotermia y cuando los encontramos están en short y camiseta”.