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Un asesor sin “ética ni autorización” habría comprado los tuiteros presidenciales
La investigación ‘La fábrica de seguidores’ revela la compra de una decena de miles de seguidores. Se lo hizo durante la campaña electoral.
Aún siendo el presidente de Ecuador Lenín Moreno necesitó una ayudadita con las redes sociales. Una investigación hecha por The New York Times revela cómo funciona ‘La fábrica de seguidores’.
Uno de las empresas más populares en este negocio es Devumi, que de entrada promete hacer que sus redes sociales sean exitosas. Haberlos hallado es como haber llegado al puerto correcto.
Eso es lo que debió pensar el asesor del Presidente, quien de forma anónima es citado en el artículo, como la persona que hizo posible la compra de “ decenas de miles de seguidores y de retuits para las cuentas de la campaña electoral de Moreno”.
El Gobierno responde: un caso de falta de ética aislado
La Secretaria de Comunicación confirmó esta adquisición el 26 de enero, un día antes de la fecha de publicación que tiene el texto del periodista Nicholas Confessore, Gabriel J.X. Dance, Richard Harris and Mark Hansen.
El comunicado firmado por Álex Mora, Secretario Nacional de Comunicación, va dirigida solo a Confessore, a quien le aclara que Moreno definía contenidos, pero no manejaba redes sociales en su campaña.
“Si algún colaborador o asesor decidió actuar con poca ética al comprar seguidores, lo hizo sin conocimiento ni autorización, y violentando disposiciones expresas del equipo de comunicación”, se precisa en el documento.
Devumi ofrece un paquete irresistible
De este mercado negro de seguidores falsos no habla Devumi, la principal beneficiaria de este negocio, y en lugar de eso, en su página, aseguran que su estrategia se basa en cuatro pasos: Social Marketing, ubicaciones patrocinadas, una pizca de influencia marketera y mucho de redes premium, para incrementar la presencia de quien pueda pagar todo este paquete.
La lista de clientes de esta compañía es larga: artistas, hombres de negocios, comunicadores, deportistas y por supuesto, políticos y gobiernos que saben que Twitter importa, el resto lo soporta la billetera. Entre los políticos ansiosos de popularidad, Moreno destaca por encontrarse en tercer lugar y ser de los únicos que es actualmente la primera autoridad en su país.
A pesar de que Moreno haya adquirido toda esa cantidad de seguidores y nuevamente se encuentre en campaña por la Consulta Popular, se desconoce el monto que se pagó por esta visibilidad virtual.
Aunque se puede hacer una idea cercana: $225 por 25.000 seguidores, esa prueba la hizo el periódico Times. En la web de Devumi hay planes mensuales dependiendo de la red social: Twitter, Youtube, Soundcloud, Pinterest, Vimeo y LinkdIn.