Un beso le devolvió la esperanza

Redacción Guayaquil
Un beso fue suficiente para alegrarle el alma y devolverle las ganas de vivir. Por ahora, la idea de quitarse la vida se alejó de la mente de Iván Riofrío, porque la noche del pasado lunes, su amada accedió a escucharlo y darle otra oportunidad.
El hombre, de 39 años, subió a una antena repetidora de teléfono la tarde del pasado domingo e intentó lanzarse, porque no soportaba la idea de estar separado de la mujer con la que compartió 16 años de su vida.

Según la señora, se separó de Iván porque es un hombre “machista, posesivo y no me deja trabajar”, y aunque aclaró que aún no decide si volverá o no con él le va a dar una oportunidad para que cambie su actitud hacia ella, pues no quiere que vuelva a atentar contra su vida.

Además de compartir con su amada, desde la tarde del lunes hasta la una de la madrugada de ayer, también vio a los otros tres hijos que procreó con ella y eso lo puso contento.

“Mi mujer me estuvo aconsejando, que no haga nada de esto (los intentos de suicidio). Me dijo que si es que me da una oportunidad debo trabajar, porque eso es lo que ella quiere para saber si cambié”, sostuvo el hombre ya más tranquilo.
La madrugada de ayer no pudo dormir, pero ya no de angustia, sino de felicidad. Esa noche volvió a llorar, pero más calmado. Este domingo tendrán otro encuentro familiar. Piensa llevarla a pasear y eso lo tiene enamorado, soñando, e ilusionado, dijo.

“Nosotros nos conocimos cuando ella tenía 12 años y yo 22, y siempre hemos estado juntos”, expresó el hombre entristecido.
Aunque la señora le aclaró que por el momento no iba a volver con él, Iván solo quería  verla “aunque sea para que me escuche que la amo y si me equivoqué me perdone”, mencionó.

AFUERA DE UN HOSPITAL
El reencuentro entre ambos se dio en la sala de emergencia de un hospital de Guayaquil, donde la señora acudió junto a su hijo, de 9 años, quien presentaba un problema de salud y necesitaba asistencia médica de urgencia.

Mientras atendían al menor de edad, ella se dio tiempo para hablar con él. Iván tomó sus manos y se arrodilló para pedirle perdón por sus faltas. Ella fue enfática y le dijo: “No voy a volver contigo, dame tiempo y demuéstrame con hechos que vas a cambiar”.

En ese momento, mirándolo fijamente a los ojos le dijo que el perdón no iba a llegar de la noche a la mañana, “debemos  respetarnos, debe haber mayor comunicación, no debes volver a desconfiar de mí. Ambos nos hemos hecho daño, solo te pido tiempo”, le reiteró la mujer. (AB-IC)