Una ‘chauchita’ le costó la vida

Redacción Quito
Los parientes de Fernando Achig contemplaban en silencio su féretro. Los deudos del hombre, que murió por una descarga eléctrica, acompañaban a su esposa Ángela Caiza.
Ayer, el dolor la acongojaba cuando se acercaban a darle el pésame. Vestía de negro y de ahora en adelante deberá hacerse cargo de sus seis hijos.
Achig fue velado en una funeraria del Centro Histórico de Quito. Un día antes, el hombre, de 33 años, trabajaba en el tercer piso de una vivienda, en Toctiuco.
Él ayudaba a un maestro soldador mientras arreglaban una estructura metálica, la tarde del 28 de junio, comentó un pariente, que no quiso ser identificado.
De repente, una fuerte correntada pasó por el cuerpo de ambos. Fernando llevó la peor parte y quedó tendido sin vida. Solamente su acompañante logró sobrevivir.
El familiar del occiso indicó que Achig estaba sin trabajo. Debido a eso se aventuró a hacer una “chauchita”, con el fin de llevar un pan a su hogar.

La tragedia
En el velatorio, un Cristo de madera estaba cerca del ataúd de Fernando. Unas pocas luces rodeaban al fallecido y las flores se dispersaban a los pies del joven ayudante.