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Con la vida y el brazo quebrados: el drama de una sobreviviente del accidente en Pifo

Cecilia Jiménez es una de las sobrevivientes del bus que se accidentó en Pifo, nororiente de Quito, hace un mes. Narra el suplicio que enfrenta a diario. No puede ni peinarse.

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Necesita ayuda para continuar con los tratamientos y acelerar su recuperación.GRANASA

El brazo izquierdo de Cecilia Jiménez era una de sus principales herramientas para trabajar como costurera. Ahora está fracturado e inmovilizado por unas varillas quirúrgicas que le provocan dolor.

“Tengo también una herida cerca del codo que debo hacerla curar todos los días”, detalla esta mujer que sobrevivió al volcamiento de un bus de la cooperativa Putumayo, en Pifo, al nororiente de Quito. Sucedió el pasado 25 de julio y Jiménez estaba entre los 20 heridos que dejó el suceso. Otros nueve pasajeros perdieron la vida.

Ella es oriunda de Lago Agrio, en Sucumbíos, y esa fecha viajaba con su hija, de 6 años, hacia Santo Domingo de los Tsáchilas. “Iba a retirar un documento en la escuela de mi niña. Estaba en el asiento 16”, rememora.

A eso de las 04:30 sintió que el bus zigzagueaba hasta que se viró violentamente. Lo único que hizo fue rodear con su brazo derecho a su pequeña para protegerla. “Perdí la conciencia por unos minutos. Cuando desperté buscaba a mi hija y por suerte la encontré con un pequeño corte en su carita”, detalla.

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En la radiografía se observa la magnitud de la fractura y cómo requirió la colocación de esas varillas quirúrgicas.GRANASA

Las lesiones

Jiménez, de 38 años, caminó unos pasos y se desplomó. Los paramédicos que llegaron la subieron a una ambulancia y la llevaron al hospital Eugenio Espejo de Quito, donde le dijeron que no solo su brazo se había fracturado, sino también su clavícula izquierda y seis costillas.

Desde ese momento supo que su vida cambiaría radicalmente. A su retorno a Lago Agrio tuvo que pedir posada en la casa de su hermana para que la atendieran.

“Los médicos me explicaron que no podré trabajar, al menos, durante un año”. Lo cual se le hace imposible de asimilar porque Jiménez debe conseguir el sustento diario para ella y su hija. Y ni siquiera puede moverse por sí misma.

Sus parientes tienen que llevarla al baño cuando siente necesidad y lo mismo sucede al momento de asearse. Incluso peinarse es una tarea titánica porque la inmovilidad de su brazo se lo impide.

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En el accidente hubo 20 heridos y nueve fallecidos.GRANASA

Una cirugía urgente

La única alternativa que tiene la mujer es que le retiren aquellas varillas para que el brazo empiece a sanar, asegura. Además, necesita una intervención para que sus costillas mejoren, pero no cuenta con el dinero suficiente para acelerar su proceso de recuperación.

“Hasta el momento he gastado, de mi propio bolsillo, cerca de dos mil dólares. No he recibido el apoyo de nadie, salvo el de mis hermanas”, precisa. Ella se refiere a la cooperativa a la que pertenecía el bus en el que se accidentó.

Por ahora lo único que ruega esta madre de familia es reunir lo suficiente para las operaciones que requiere y que le permitirán volver a trabajar como costurera de ropa deportiva.

La instrucción fiscal terminará este mes

El 25 de agosto terminará el proceso de instrucción fiscal que se abrió por el accidente de este bus. El implicado es el conductor, a quien se le dictaron medidas sustitutivas a la prisión preventiva: uso de grillete, presentaciones periódicas a la Fiscalía y la prohibición de salir del país.

Según la Fiscalía, el procesado habría conseguido su licencia de manera fraudulenta. Con la finalización de esta primera etapa se conocerá si el chofer puede enfrentar o no un juicio en su contra.

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El hecho se indaga como muerte culposa.GRANASA