Con apenas 5 años, Mateo Cortez Rivas se aferra a la vida en la sala de cuidados intensivos del hospital Francisco de Icaza Bustamente, en Guayaquil, hasta donde fue trasladado el lunes 21 de febrero, herido de un disparo en la frente.

El niño resultó herido la mañana del lunes, en su domicilio en una zona rural de Vinces, cuando aparentemente, junto a su hermano, maniobraba un arma de fuego que ambos encontraron debajo de la cama de su padre.

Cuando se registró el suceso, los niños estaban solos en casa, pero bajo la vigilancia, a cierta distancia, de otros parientes que habitan en el mismo recinto llamado La Reforma 2 de la vía Santa Martha - Palenque, Los Ríos. Los lugareños escucharon el disparo y tras percatarse del estado del menor, lo trasladaron rápidamente al hospital Nicolás Coto Infante, del cantón Vinces.

En dicha casa de salud la Policía aprehendió al padre del herido, Eduardo Cortez Aspiazu, de 33 años, quien fue judicializado por el presunto delito de porte ilegal de arma de fuego. De esa manera el progenitor tuvo que separarse abruptamente de su pequeño, y delegando su cuidado a otros familiares.

Rosa Rivas, tía del niño, justificó la presencia del arma en el inmueble, alegando que sería para protegerse de los maleantes. “Aquí roban sin importar nada y las autoridades no ven eso. La mamá está sola en Guayaquil y solo esperamos en Dios para que le de una nueva oportunidad de vida al bebé”, relató la pariente.

Pero los allegados al niño también pedían la liberación del progenitor, para qué también pueda ir a acompañarlo al hospital. Sin embargo, hasta la mañana de este martes 22, aún no se realizaba la audiencia de flagrancia en contra del papá de Mateo.

Esperan un milagro

Mientras tanto, el estado del pequeño es crítico y solo un milagro puede salvarlo, afirmaron sus familiares. 

En el recinto han hecho colectas para ayudar a la familia con los gastos debido a que son de escasos recursos económicos.