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Vio morir a su hija

Ambato (Tungurahua)

Dolores Silva es otra de las víctimas que puede contar su historia de vida, aunque le embargue la tristeza. Ella perdió a una de sus cuatro hijas como consecuencia del terremoto. Ella estaba en Canoa, debajo de un hotel, ofertando la ropa playera que todos los fines de semana llevaban para la venta en esa localidad turística de Manabí.
Liseth  Pilco, de 22 años, fue a ayudarle con su último hijo Carlos Andrés, de diez meses de edad.
Dolores contó que cuando la tierra tembló   trató de salir del lugar e ir a un sitio seguro, pero no pudo porque el edificio se cayó en cuestión de segundos.
“Me quedé atrapada  y mi hija cerca de mí que abrazaba a su bebito. Cuando logré quitarme el pilar de encima quería hacer lo mismo con mi hija, pero no pude. Ella murió a mi lado”, expresó la progenitora, quien ahora cuidará de su nieto, hijo mayor de Liseth. (YIE)