“Gracias a Dios estoy vivo. Volví a nacer. Es un milagro”, expresó el capitán de la embarcación que fue atacada por delincuentes la madrugada de ayer, cerca del sector La Concordia, en la isla Puná, en el golfo de Guayaquil.

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El hombre, visiblemente nervioso, sobrevivió al atentado que cobró la vida de dos guardias de seguridad que custodiaban la barcaza. La embarcación había zarpado desde Guayaquil con rumbo a Puerto Bolívar, en la provincia de El Oro, para recoger un cargamento de camarón.

Las víctimas mortales fueron identificadas como Tito Maycol Cedeño Rosado, de 26 años, y Nikoles Alexander Quiroz Chávez, de 23.

Durante el ataque también resultó herido el maquinista de la nave, Javier Bazán, quien recibió un disparo en la cabeza. Su estado de salud era crítico.

Una ejecución directa o de un cruce de balas

Un trabajador de la empresa de seguridad a la que pertenecían los guardias asesinados relató que hubo un enfrentamiento armado, ya que los uniformados intentaron repeler el ataque cuando los delincuentes abordaron la embarcación con fines de robo.

“Las gabarras tienen movilidad muy lenta, y eso facilitó que los delincuentes la abordaran. Estamos verificando si se trató de una ejecución directa o de un cruce de balas durante el enfrentamiento. Eso lo determinará la investigación”, señaló.

Por su parte, un agente policial que acudió al muelle de la Fragata, donde la embarcación atacada arribó a las 10:15 de ayer con los cadáveres de los guardias y la mercadería, indicó que fueron al menos 15 lanchas a motor con más de 30 sujetos encapuchados los que participaron en el ataque.

“No lograron llevarse la mercadería porque los guardias respondieron. Sin embargo, a todos los que estaban en la embarcación les robaron sus teléfonos. Esto ocurrió cerca de las cuatro de la mañana. A los guardias también les arrebataron los fusiles”, detalló el uniformado.

Cerca del mediodía, los cuerpos, uno hallado sobre la cubierta y otro en el cuarto de máquinas, fueron retirados de la barcaza, colocados en una camilla de Medicina Legal y trasladados al Laboratorio de Criminalística para la autopsia.

“Esto ya ha pasado antes”

Eriberto Torres, quien lleva más de 10 años trabajando en este tipo de embarcaciones, aseguró que no es la primera vez que ocurren ataques de este tipo en altamar. En dos ocasiones anteriores, él también fue víctima de asaltos.

“Nos sentimos indefensos. Soy marinero y ayudante del capitán, y cada vez que salimos, nos encomendamos a Dios. Hace cuatro años me asaltaron dos veces. Se llevaron todo. Generalmente, siempre vamos con dos guardias”, relató, mientras observaba el procedimiento policial para el retiro de los cuerpos. (AEB)

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