Este 9 de diciembre la Policía Metropolitana de Bogotá encontró muerto al vigilante del edificio donde hallaron el cuerpo de Yuliana Samboní. Fernando Marchán Murillo, de 58 años, hacía las veces de guardia de seguridad del edificio Equus 66, ubicado en el norte de la capital colombiana; ahí la niña de 7 años apareció muerta el domingo 4 de diciembre, luego de sufrir abuso sexual.

Diario El País, de Cali (Colombia), anota que se encontró el cadáver del hombre en su vivienda, en el sur de la ciudad. Versiones preliminares hablan de un supuesto suicidio, pero hasta la tarde del 9 de diciembre no hay ninguna versión oficial al respecto.

La noticia se difundió horas después que Francisco Uribe Noguera, hermano de Rafael Uribe -presunto responsable del crimen- fuera interrogado por la Fiscalía. Él dijo lamentar los hechos y pidió perdón por el asesinato. “Lamentamos profundamente la muerte de Yuliana. Estoy completamente compungido por lo que pasó, de verdad, y pedimos perdón por mi hermano”, mencionó el abogado.

Francisco está involucrado en el caso, ya que -presuntamente- conoció lo que paso en el apartamento de Rafael y no alertó a las autoridades, sino hasta cinco horas después de ocurrido el hecho. Él, junto a su hermana Catalina, habrían alterado la escena del crimen.

Aparentemente, el cadáver de la niña fue escondido en un baño del apartamento del acusado. Sin embargo, posteriormente el cuerpo se puso al lado de un jacuzzi y habría sido lavado con el fin de quitar los rastros de sangre y fluidos. Además, las autoridades detectaron que los restos fueron regados con aceite de cocina.

La jornada de este viernes se llevaron a cabo las honras fúnebres de la menor, en el corregimiento Los Milagros, en el Cauca, de donde es oriunda la niña y su familia. Mientras tanto, Rafael Uribe está aislado en una celda en La Picota (Bogotá). El hombre enfrenta cargos por feminicidio agravado, secuestro simple, acceso carnal violento y tortura.