El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha soltado una bomba en el mundo de la tecnología: la inteligencia artificial (IA) está listada para causar todo un terremoto mundial con tsunami incluido en el mundo laboral e iniciar una tormenta de desigualdad económica.

Sus predicciones, no tan de futuro, son que el 60 % de los empleos en las economías top y que 4 de cada de 10 trabajos en todo el mundo podrían simplemente desaparecer en el abrazo frío de la IA.

Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, ha subrayado la posibilidad de que la IA empeore las disparidades económicas en la mayoría de los escenarios. Las preocupaciones expresadas incluyen el posible aumento de la desigualdad económica entre clases sociales y naciones, así como la necesidad de que los gobiernos implementen medidas para proteger a los trabajadores vulnerables, como programas de reciclaje laboral y redes integrales de seguridad social.

Estas advertencias llegan en un momento en que líderes políticos y empresariales se juntaron en el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, para discutir sobre los desafíos y oportunidades de la inteligencia artificial, entre otros.

A pesar de esto, potencias como Estados Unidos, Reino Unido y China aún no han presentado directrices específicas sobre la regulación de la IA, dejando preguntas abiertas sobre cómo abordar los desafíos y aprovechar las oportunidades que presenta esta revolución tecnológica.

En este contexto, OpenAI, la empresa detrás de tecnologías como ChatGPT, ha publicado un informe que es más desalentador que el de las cifras del FMI. Según OpenAI, al menos el 80 % de los empleos podrían verse afectados en el futuro cercano, con un énfasis en trabajos que implican procesamiento de datos, información y labores de escritura.

La compañía sugiere que incluso los empleos de mayores ingresos podrían estar potencialmente más expuestos a cambios, ya que las empresas buscan optimizar costos mediante sistemas de IA.

En particular, se han identificado ciertos trabajos en riesgo, como abogados, financieros, gestores, contadores, y redactores, entre otros.

OpenAI destaca que aquellos empleos que requieren pensamiento crítico pueden estar más protegidos, pero aún podrían experimentar una presencia significativa de herramientas de IA en sus tareas diarias.

Mientras que, trabajos que involucran habilidades altamente creativas y emocionales, como artistas, terapeutas, educadores, científicos de investigación, estrategas empresariales, profesionales de la salud y artistas en vivo, parecen menos propensos a ser reemplazados por la inteligencia artificial.

Estas ocupaciones requieren la singularidad del pensamiento humano, la conexión emocional y la capacidad de adaptarse a situaciones complejas, cualidades que aún son desafiantes para la automatización.

No saben qué pasará

En la edición del Foro Económico Mundial en Davos, marcada por la explosión de la inteligencia artificial, el protagonista de la jornada no podía ser otro que Sam Altman, cofundador de OpenAI, la empresa creadora del ChatGPT, quien ha participado en una mesa sobre el papel de la tecnología en medio de las turbulencias que afectan al mundo. 

El cofundador de Open AI ha asegurado que comprende la ansiedad que ha producido en la sociedad la rápida expansión de esta tecnología, “muy poderosa”, y ha reconocido que no saben ni pueden decir con certeza “exactamente qué va a pasar”. 

La imagen de Altman hablando ante el plenario del Foro demuestra la gran relevancia empresarial alcanzada por su compañía, que nació en 2015 como un laboratorio sin fines de lucro, con la promesa de crear una inteligencia artificial segura para la humanidad.

TRABAJOS EN PELIGRO

1. Matemáticos

2. Gestores, contables y auditores

3. Analistas financieros

4. Analistas de noticias, reporteros y periodistas

5. Secretarios jurídicos y asistentes administrativos

6. Diseñadores de interfaz de usuario e internet

7. Traductores

8. Analistas demoscópicos

9. Relacionistas públicos

10. Ingenieros de blockchain

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