Aunque el correo sentenciara que Karla (nombre protegido), guayaquileña de 25 años, era COVID-19 positivo, en su pensamiento se trataba de un error. El letargo duró 24 horas, hasta que se le vino el flash de las noticias de los cadáveres extraviados que dejó la pandemia y la búsqueda de tanques de oxígeno que se ha convertido en el vía crucis de miles de familias ecuatorianas. Sintió por primera vez que prefería morir a padecer la angustia que estaba sintiendo.

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“Hasta sentí frío, era una angustia terrible, la ansiedad ni me dejaba dormir”, recuerda la estudiante de ingeniería industrial. EXTRA, a través de una encuesta le preguntó a sus lectores cuáles eran las emociones que tuvieron cuando conocieron los resultados de sus exámenes, más de 120 respondieron lo mismo que Karla: miedo, ansiedad, preocupación y culpa. 

De acuerdo a una investigación de la revista científica International Journal of Environmental Research and Public Health, a inicios de la pandemia tras analizar a 1210 ciudadanos chinos, el 13,8 % presentó depresión; el 12,2 % síntomas moderados; y el 4,3 % síntomas graves. La investigación concluyó que el temor a enfermarse generaba deterioro a nivel psicológico llegando al punto de sentir signos del coronavirus.

En el caso de personas covid positivo con depresión o emociones negativas muy fuertes su malestar psicológico dificulta el proceso de la enfermedad y su recuperación. “El sufrimiento de estados emocionales negativos persistentes puede afectar al funcionamiento del sistema inmunológico, del sistema endocrino-metabólico y, en general, de todas las funciones fisiológicas”, detalla Ana María Plata, psicóloga clínica.

¿CÓMO SOBRELLEVAR ESTAS EMOCIONES?

La mayoría de testimonios recopilados por este medio coincidían en que sentía culpa por haberse contagiado. Al respecto, Plata recalca que las personas deben tener presente que están en una situación que no pueden controlar, pero que debe continuar con las medidas de bioseguridad para no poner el riesgo a terceros.

Por su parte, Lama recuerda a los pacientes que es natural sentir ansiedad en una situación como en la que están, pero que es importante mantener la calma intentando realizar ejercicios de respiración o relajación. “Mantener contacto con los familiares y amigos, es decir, buscar apoyo social, ya sea por llamadas o mensajes”, señala.

Las dos especialistas coinciden que los seres queridos pueden aportar con la salud emocional de las personas contagiadas. Para ello, deben estar informados sobre la enfermedad y si tienen alguna duda despejarla con un médico. “Muéstrate cercano, no compares la enfermedad, no invalides sus sentimientos y muéstrate disponible para ayudar en lo que sea necesario”, finaliza Plata.