Buena Vida
Alimentación y emociones: una conexión íntima
Nuestros sentimientos están más conectados de lo que creíamos con nuestra alimentación.

El estado de ánimo tiene mucho que ver con la presión arterial que, a su vez, está ligada a lo que consumimos.
Eres lo que comes. Según la ciencia, esta famosa frase podría ser verdad, aunque en una versión algo cambiada: sientes lo que comes. ¿Cómo es eso? Es que según algunos expertos en alimentos, nuestros sentimientos y emociones están directamente relacionados con lo que comemos.
Para el psicólogo clínico Isaac Villacreses, el estado de ánimo tiene mucho que ver con la presión arterial; esta, a su vez, está ligada a lo que consumimos. Así, nuestro estado anímico se vincula a nuestra dieta. Por ejemplo, el chocolate, puede llegar a mejorar el humor pues aumenta la producción de endorfinas en el cuerpo. Pero también interviene la predisposición que la mente tenga hacia cierto alimento. ¿Es un aspecto psicológico? Sí, todo esta relacionado, menciona Villacreses.
Y así como hay alimentos capaces de estimular nuestro estado de ánimo, otros pueden deprimirlo, explica el psicólogo clínico Jorge Tello. Las carnes blancas —continúa— por ser de fácil digestión, ayudan a mantener un estado de ánimo adecuado.
En cambio, las carnes rojas, los alimentos grasos, por ser de difícil digestión, producen cansancio, que a su vez está asociado con humores negativos. Este experto, al igual que Villacreses, destaca los efectos del chocolate en nuestro organismo.
“El chocolate ha sido reconocido, desde tiempos inmemoriales, como un estimulante de las emociones y es interesante notar que actúa mejor entre los hombres que entre las mujeres, los vuelve más afectuosos, más positivos con sus parejas, más alegres”, dice.
Pero el chocolate no es el único capaz de alegrarnos. De hecho, las sensaciones positivas no tienen que ver únicamente con lo dulce —que es lo que comúnmente se piensa— sino con cualquier otro alimento que consideremos agradable, opina Rafael Lainez, chef profesional. Para él, no es la comida en sí lo que causa el efecto de bienestar o tristeza sino los cinco sabores básicos detectados por nuestras papilas gustativas: dulce, ácido, amargo, salado y umami.
Estos se encuentran ubicados en zonas especificas de nuestra lengua y —al juntarse con algún alimento que nuestro cerebro asocie como nuevo— transmitirán una sensación de bienestar absoluto a quien los experimenta. La función de los alimentos también dependerá de la predisposición con la que cada uno los ingiera, acota Lainez.
Dime qué comes y te diré qué tan feliz eres
Para la nutricionista Paola Sanchez, todo dependerá de la manera en que la persona digiera las alimentos. Ciertas comidas que aportan un buen estado anímico son los siguientes:
-Huevo. Es uno de los alimentos que más triptófano contiene por cada 100 gramos, además es rico vitamina B6, calcio, fósforo y magnesio.
-Carnes magras. Son ricas en triptófano, concretamente en cada 125 gramos de estos alimentos hay 400 mg de este aminoácido. En esta categoría entran el pollo y el pavo.
-Pescados azules. El salmón, la sardina, el bacalao, o el atún son parte de esta categoría.
-Chocolate. Produce endorfinas, que inhiben la transmisión del dolor y provocan sensación de bienestar. Contiene selenio, el cual ayuda a controlar el ánimo, fortalece el cerebro y combate los signos de envejecimiento.
-Frutas. Aportan vitamina C que ayuda a mejorar el estado de ánimo, y la puedes encontrar en la naranja, fresa, kiwi, piña y arándano y la avena. Contienen ácido fólico y vitamina B1 y B6, contribuyen a evitar cambios bruscos en los niveles de azúcar, que pueden producir cambios de humor fuerte e irritabilidad.